Zaragoza desactiva la alerta por fuerte viento y reabre los parques tras 135 intervenciones

Caídas de árboles, ramas y saneamiento de fachadas fueron los incidentes más comunes, aunque ninguno de gravedad.

Un árbol permanecía este lunes caído en la acera de la calle de la Verónica, frente al Teatro Romano.
Un árbol permanecía este lunes caído en la acera de la calle de la Verónica, frente al Teatro Romano.
Toni Galán

Los servicios de Protección Civil y la Policía Local reabrieron los parques de Zaragoza a las 17.59 de este lunes por la tarde al finalizar la alerta por fuertes vientos activada por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Igualmente, en coordinación con el jefe de servicio de piscinas, autorizó el uso de la zona arbolada de estas instalaciones que permanecía cerrada al público.

Durante las 42 horas en que se prolongó el aviso meteorológico se llegaron a alcanzar rachas de hasta 87 kilómetros el pasado domingo y una velocidad media mantenida de 57 km/h. El cierzo continuó soplando durante este lunes por la mañana con fuerza -se midieron rachas de hasta 72 km/h en el aeropuerto de la capital aragonesa- y la velocidad media al mediodía era de 47 km/h.

La previsión era que el viento amainara por la tarde y se pudiera desactivar el Plan Municipal de Protección Civil al mismo tiempo que la alerta de la Aemet, como así ocurrió a las 17.59. Hasta entonces y desde el domingo, según informaron fuentes del Ayuntamiento, los Bomberos de Zaragoza habían prestado 135 servicios relacionados todos ellos con daños y desperfectos causados por el viento.

"Excelente trabajo"

La alcaldesa de la capital aragonesa, Natalia Chueca, elogió el "excelente trabajo" llevado a cabo por los servicios de Protección Civil, Policía Local, Voluntarios de Protección Civil, Parques y Jardines y Bomberos en los últimos dos días. Añadió que las incidencias se registraron en toda la ciudad y afectaron a la mayoría de los parques y avenidas. Caída de árboles, ramas, chapas, carteles, contenedores, cristales de ventanas o saneamiento de fachadas por caída de cascotes fueron los requerimientos más habituales que hicieron los ciudadanos.

"Ayer (por el domingo) fue día de locura", dijo Natalia Chueca. "Tuvimos suerte -añadió- de que no hubo que lamentar ningún accidente grave ni perjuicio cuantioso en lo económico". Indicó que las mayores pérdidas fueron las de los árboles caídos por el "daño medioambiental» que supone y que «tardará en recuperarse". Explicó que sobre todo se vieron afectados pinos, una especie que abunda en la capital y que, a su juicio, no son los más adecuados para los entornos urbanos porque son más sensibles a caerse por la forma de enraizarse. La alcaldesa aseguró que serán sustituidos por otros más adecuados "como se ha hecho en los últimos años".

El 6% del arbolado causa el 90% de los problemas

La plantación de pinos se potenció durante décadas en Zaragoza pero con el tiempo se ha comprobado que suponen un riesgo conforme crecen. Por un lado, alcanzan alturas muy elevadas (lo que los hace inclinarse con frecuencia) y, por otro, sus raíces no se expanden en el terreno, sino que tienden a espiralizarse y se anclan de manera que la sujeción en la tierra es débil. A eso se añade que si las copas son muy densas generan gran resistencia al viento, lo que los expertos llaman ‘efecto vela’.

En la última década se han retirado cientos de pinos de las calles de Zaragoza porque son los que más riesgo de rotura entrañan. Esta especie apenas supone el 6% del arbolado de la ciudad y, sin embargo, protagoniza más del 90% de los problemas que se registran en el servicio de Parques y Jardines.

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