Dos proyectos para estudiantes gitanos: "Para los niños es un aliciente increíble"

Las clases de refuerzo es una de las iniciativas de Romi-Cali, una asociación de mujeres gitanas.

Selina disfruta montando a caballo en el Centro Ecuestre de Alto Rendimiento.
Selina disfruta montando a caballo en el Centro Ecuestre de Alto Rendimiento.
Romi-Cali

Con una mañana en el Centro Ecuestre de Alto Rendimiento (CEZAR), así celebraban las familias gitanas adscritas a los proyectos de refuerzo escolar Empoderamiento de la Mujer Gitana y Edukalo el fruto de los esfuerzos de los más pequeños. Les recibieron a las 10.00 y, tras una excursión por las instalaciones y una demostración de doma, les dejaron montar en los animales. Además, a Sergio y Rebeca, los niños con mejores notas, les regalaron una tablet a cada uno. Una pequeña sorpresa para felicitarlos por sus logros académicos.

CEZAR, y su director Enrique Bautista, colabora con estos proyectos desde su inicio hace dos cursos. "Para los niños es un aliciente increíble", explicó Pilar Cerdido, maestra de Romi-Cali y coordinadora del área de educación en la asociación. "Vamos dos veces al año, en Navidad y final de curso, y se pasan el curso preguntando cuándo vamos a ir a los caballos". Las reglas son simples: esforzarse al máximo en el colegio y no figurar en la Comisión de Absentismo.

Romi-Cali es una asociación de mujeres gitanas que comenzó un Programa de Empoderamiento de la Mujer Gitana. Consistía en clases de refuerzo escolar para niñas gitanas y educación de segunda oportunidad para mujeres adultas. Cerdido lamentó que muchas de las madres no habían recibido la educación básica: "A veces, ni siquiera alfabetización". Con estas mujeres, el objetivo es que "titulen y puedan integrarse laboralmente". Debido a que muchas menores acababan llevando a las clases a sus hermanos o primos, a la sombra del programa de empoderamiento nació Edukalo, donde estos niños sí podían unirse al refuerzo.

Sergio y Rebeca posan junto a Pilar Cerdido, su profesora, después de recibir sus nuevas tablets.
Sergio y Rebeca posan junto a Pilar Cerdido, su profesora, después de recibir sus nuevas tablets.
Romi-Cali

La profesora reivindicó las capacidades de los niños gitanos: "Son listísimos, pero muchos tienen el problema de que sus padres no han estudiado y no los pueden ayudar con los deberes". Durante el tiempo que ha pasado con ellos, ha podido conocerlos uno a uno y escuchar sus deseos y sueños para el futuro. "Tenemos de todo", aseguró, "desde un niño que quiere ser pastor de la Iglesia Evangélica hasta otro que quiere ser presidente del Gobierno".

Para Cerdido, el éxito del proyecto radica en la personalización de la educación. "Trabajamos partiendo del centro de interés de los niños", explicó. Además de que trabajan con todas las familias de forma conjunta.

Una de estas familias es la de Beatriz Colón, ella misma y tres de sus hijos han asistido a las clases de refuerzo. Colón tiene el bachillerato, pero decidió unirse a las clases para poder repasar el temario con sus hijos. Definió el trabajo de la asociación como "una experiencia preciosa para los niños" y a Pilar Cerdido como "la mejor profesora". Aseguró que pensaba repetir al curso que viene. Se enteró de la existencia del refuerzo "por el boca a boca" y decidió apuntar a su hijo mediano. Fue tras ver el trabajo que realizaban que acabó metiendo también a los dos pequeños. "Quiero que mis hijos tengan un futuro y un porvenir", aseguró. Ahora, su hija disfruta de su nueva tablet como premio por un boletín repleto de sobresalientes

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