El turismo en el Pirineo se enfría tras el ‘boom’ de los veranos postcovid

Los hoteleros, sin plena ocupación en agosto, confían en las reservas de última hora. El sector atribuye la desaceleración a la inflación y la subida de las hipotecas, que dejan menos dinero para viajar.

Turistas ayer en Alquézar, uno de los pueblos más visitados de la provincia.
Turistas ayer en Alquézar, uno de los pueblos más visitados de la provincia.
Verónica Lacasa

El turismo en el Pirineo se ha enfriado después de los dos veranos de récord de la pospandemia. El lastre de los elevados precios y la subida de las hipotecas se ha traducido en un menor gasto en los viajes, y a esto se une el tirón de los destinos internacionales al no existir ya ninguna limitación para salir de España. Es el panorama que dibujan los empresarios del sector en la provincia de Huesca, que han vivido un julio "irregular" y no tienen garantizada la plena ocupación en agosto.

En 2021, tras la crisis de la covid, el Pirineo registró 527.020 pernoctaciones en los hoteles entre julio y agosto, por encima de las 476.369 del 2019, antes de que estallara la pandemia. El año pasado ya se rebajaron las expectativas, con 439.269, pero aún así el sector se mostró muy satisfecho de los resultados.

Junio del 2023 es el último mes con estadísticas oficiales del INE, que ya han marcado la tendencia. Los visitantes del Pirineo aragonés generaron 95.372 pernoctaciones en los hoteles, por debajo de las 98.381 del mismo mes del 2022. La mejor ocupación la tuvo Benasque, con un 54%, 7.270 viajeros españoles y 5.297 extranjeros, mientras que Jaca llenó el 51% de las plazas, con 10.990 visitantes del país y 2.451 de fuera.

"Hemos tenido un julio más flojo que en los últimos años", reconoce Paz Agraz, presidenta de la Asociación de Empresarios de Sobrarbe, quien confía en que a partir de este fin de semana, el último de julio, que ya da paso a agosto, se reactive la ocupación en cámpines, hoteles, apartamentos turísticos y segundas residencias, "porque mucha gente ha retrasado sus vacaciones hasta después de las elecciones". No obstante, no sabe si se podrá llegar al 80% de ocupación.

La localidad de Aínsa sí ha tenido un mes de julio con una gran afluencia, animada también por el festival de música, que ha servido para confirmar la vuelta paulativa del turismo extranjero, al que tanto se echó de menos en los veranos siguientes a la covid, cuando se vivió sobre todo de los españoles. Lo mismo pasa en Alquézar, en la sierra de Guara.

La Asociación Turística del Valle del Aragón coincide en que la ocupación de julio ha sido "más baja de lo esperado", según su presidente, Luis Terrén, "aunque después del domingo electoral ha empezado a venir más gente". En este valle, con muchas segundas residencias, se espera que los hoteles estén al 80% en agosto, eso sí, con estancias más cortas.

El valle de Tena también vive un julio "irregular", constata el director del Balneario de Panticosa, Jesús González. La ocupación en este complejo rondará el 70%, y en agosto espera alcanzar el 80%. "Las previsiones son prudentes. Para la primera semana de agosto las reservas son elevadas, luego está más tranquilo", afirma. Tanto él como el resto de empresarios coinciden en que cada vez se acentúa más la contratación a última hora.

"Nos contentaríamos con un resultado como el del 2022, que fue histórico", señala González, quien habla de las afecciones que está teniendo la reducción del consumo por el alza de los precios y los tipos de interés.

"El IPC y las hipotecas no benefician al sector", coincide un hotelero de Torla, el pueblo más beneficiado por la cercanía del Parque Nacional de Ordesa, gran foco turístico del Pirineo. "Julio ha estado por debajo de lo habitual y agosto dependerá mucho del tiempo. Si nos falla este mes nos falla la temporada", dice.

También a la sombra de Ordesa, en el municipio de Bielsa, el campin de Pineta ha visto mermada la clientela en un 12% en julio, salvo los bungalós, con una ocupación similar. "Partimos de dos años tras el covid muy, muy buenos, con mucha gente en la montaña porque lo percibían como un entorno seguro, y este descenso es normal", indica el gerente, Alberto Solana, que espera una meteorología favorable para tener un agosto redondo.

El valle de Benasque se ha beneficiado en julio de eventos como la Trail Aneto-Poset, que llenó las plazas el fin de semana del 22 y 23 de julio. La ocupación ese mes osciló entre el 70-80% y en agosto se va por el 65%, porcentaje que se incrementa día a día

"Se nota la desaceleración, se gasta menos. El verano del 2021, con las plazas al 90%, no se volverá a repetir. Pese a todo creo que será un buen verano", afirma el presidente de su asociación turística, José María Ciria. Entre lo positivo, cita la recuperación del turismo extranjero. "Volvemos a la normalidad de antes de la pandemia", concluye

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