tribunales

Acusado de abusar en Zaragoza de una amiga que lo rechazó por no llevar preservativo

El varón asegura que no llegaron a tener ningún contacto sexual mientras que la víctima denunció que tuvo que forcejear con él para quitárselo de encima.  

El acusado, este lunes, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
El acusado, este lunes, durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.
Oliver Duch

Cristian Andrés R. y A. D. se conocían desde hacía diez años. Al principio incluso hubo entre ellos algo más que una amistad, pero luego la relación se consolidó solo como amigos. En ese contexto de confianza, al salir del trabajo una joven acudió durante la pandemia a casa de Cristian Andrés R. para tomar unas cervezas y charlar. 

La velada transcurrió tranquila y hasta podría haber sucedido algo más porque cuando la chica dijo que ya se marchaba, el la besó y ella le correspondió y decidieron irse a la cama con la intención de mantener relaciones. Sin embargo la falta de preservativos alteró el entendimiento que hasta entonces habían tenido. Y a partir de este punto es cuando la versión sobre lo que ocurrió esa noche difiere totalmente y ha terminado con Cristian Andrés R. sentado en el banquillo de la Audiencia Provincial de Zaragoza. 

El acusado comenzó declarando que ambos habían bebido mucho. "Íbamos a mantener relaciones, pero no tuvimos porque ella no se cuidaba y yo no tenía preservativo", manifestó aclarando que con no "cuidarse" se refería a que ella no tomaba anticonceptivos. Según Cristian Andrés R., de "mutuo acuerdo" decidieron no seguir adelante y el problema surgió cuando intentó acompañarla a coger un taxi porque "iba bebida" y ella no quiso y se fue "enfadada".

Pero A. D. contó algo muy distinto al tribunal. Indicó que al saber que no tenía preservativos ella le respondió: "Entonces mejor lo dejamos para otro día". "Pero él me sujetó por las muñecas y empezó a besarme y me bajó las bragas. Yo giré la cara y como pude me zafé de él. Salí de la habitación, cogí el bolso y cuando fui a salir de la casa él puso la mano en la puerta, me pidió perdón y me dijo que teníamos que hablar. Le dije que o abría o me ponía a gritar y llamaba a la Policía, se quitó y salí. Pero cuando estaba en la calle, vino tras de mí y volvió a agarrarme para hablar. Al final, vino un taxi y me marché”, narró. 

La joven llegó a casa muy alterada y contó a su madre lo que le había pasado. Como estaba mal, la progenitora le recomendó que hablara con los servicios sociales, donde le recomendaron que denunciara ante la Policía. “Era una persona en la que confiaba y que me pusiera en esa situación no me lo esperaba”, manifestó ayer. Desde ese día ya no quiero quedar en una casa con un chico sola, antes era más confiada, pero ya no”, añadió.

La joven estuvo en tratamiento psicológico y la profesional que la trató  detectó claros síntomas de estrés postraumático y ansiedad y un “gran sentimiento de decepción” a raíz de ese acontecimiento. 

La forense del Instituto de Medicina Legal de Aragón discrepó, no obstante, de esa conclusión, y señaló que, en su opinión, el estado de A. D. es fruto de una “exageración sintomatológica”

Explicó que los síntomas del estrés postraumático tardan meses en aparecer y que, en el caso de la joven, pueden estar relacionados con episodios de violencia de género que vivió con anterioridad, aunque este hecho los ha podido hacer aflorar. Pero no pudo afirmar que lo sucedido con Cristian Andrés R. se la consecuencia de su estado.

La Fiscalía solicita para el acusado un año de cárcel por un delito de abuso sexual y otro de libertad vigilada, mientras que la acusación particular, a cargo del abogado Javier Cucalón, solicita tres años de cárcel por agresión sexual y uno por coacciones. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión