El Mercado Medieval cierra con menos ventas y público por el mal tiempo
Unas 180.000 personas han disfrutado este año de los puestos y espectáculos.
El Mercado Medieval ha cerrado este domingo su 20ª edición con menos ventas y público que otros años por el mal tiempo. Las fuertes tormentas del sábado dejaron a los comerciantes sin la mejor noche, aunque la amenaza de lluvia no ha impedido que cientos de zaragozanos y turistas hayan apurado la recta final del domingo para acercarse hasta los 147 puestos instalados entre las plazas del Pilar y la Seo, San Bruno y el entorno del balcón de San Lázaro.
Según datos del área de Cultura, este año han sido unas 180.000 las personas que han pasado por los tenderetes y espectáculos. La tromba hizo que tuvieran que cancelarse las principales actuaciones de la tarde y la noche del sábado, obligando al día siguiente a la organización y a los técnicos de Zaragoza Cultural a inspeccionar todos los puestos. Según han explicado desde el Ayuntamiento, las lluvias dejaron únicamente afecciones "menores". Solo dos puestos vieron afectado su género, mientras que el resto pudieron subsanar las pequeñas incidencias registradas, lo que ha hecho que la programación haya continuado con normalidad.
"El balance hubiese sido perfecto de no haber sido por el agua. Chafó toda la tarde, menos mal que la lona era impermeable. Este domingo, en cambio, ha habido mucho más movimiento", contaban Yolanda Bustamante, Sergio Maldonado y Asier Bengoa, responsables de un puesto de rosquillas artesanas.
Agustín Domínguez, del puesto de patatas asadas de la plaza de San Bruno, tenía unas sensaciones similares. "El sábado fue, directamente, desastroso. Llegaron a bajar tres dedos de agua. En cuanto dejaba de llover, la gente aparecía, pero ni con esas. Tuvimos que parar tres veces", decía poco antes de que las precipitaciones volviesen a hacer acto de presencia.
La cantidad de gente que ha llegado a concentrarse en las horas centrales de la tarde ha hecho que en calles como la de Pabostria se andase como en procesión. A pocos metros, en la calle del Deán, Mar Olaria terminaba "contenta" la que había sido su primera edición del Mercado Medieval. "El año pasado estuve en Daroca y este me ha dado por probar. He echado en falta algo de información por parte de la organización, pero el año que viene, si la vida quiere, volveré", aseguraba.
Para María Ruiz, de Zona de Catas –especializados en cervezas artesanas e hidromiel–, también era la primera vez. "Llevábamos muchos años pidiendo venir. Esta cita tiene ya mucho nombre dentro del circuito nacional de mercados, y el balance es positivo", decía.
