La Torre del Agua reabre para una cena de gala en su primer evento en cuatro años: “No había visto nada igual"

El icono de la Expo ha acogido una velada única enmarcada en el congreso de ingeniería de sistemas organizado por la Universidad San Jorge junto a la Fundación Ibercaja.

La cena de gala, este jueves en la Torre del Agua
La cena de gala, este jueves en la Torre del Agua
Toni Galan

La Torre del Agua ha reabierto este jueves para una cena de gala en su primer gran evento en cuatro años. Hasta 250 comensales de países como Estados Unidos, Canadá, Australia, China o Uruguay han podido disfrutar de esta experiencia única, enmarcada en el congreso de ingeniería de sistemas de información impulsado por la Universidad San Jorge junto a la Fundación Ibercaja.

El edificio no acogía un gran acto desde la feria de nanociencia para escolares Fenanomenos de 2019, y desde entonces solo se había podido acceder al interior -donde descansa el imponente Splash de Pere Gifre-, durante las visitas guiadas de los voluntarios de la Asociación Legado Expo.

Minutos antes de la cena, los asistentes han podido subir hasta la séptima planta para ver la escultura. “Es increíble, me encanta la representación que hace del agua”, ha dicho la australiana Yuchao, que ha viajado miles de kilómetros para estar en el congreso, el más importante del mundo.

A pocos metros, Daniel, de París, destacaba las “inspiradoras” formas de la gota de agua y su color, mientras que Mónica, procedente de Italia, se quedaba con la calidad arquitectónica del edificio, de 76 metros de altura. “Es una pena que esté cerrado, podría servir como una galería de arte”, ha opinado.

A Jonas, de Alemania, le ha parecido directamente “impresionante”. “Nunca había visto nada parecido. Ojalá se pudiese subir hasta la azotea”, aseguraba. Cada cual tenía sus preguntas, desde cuánto costó el edificio, de qué material está hecho el Splash o incluso si se había planteado la posibilidad de construir oficinas para ‘start ups’.

Volver a la Torre también ha sido especial para los miembros de la organización. “En 2008, yo tenía 17 años. Todo estaba más o menos como lo recordaba, pero aún así me ha vuelto a impresionar”, ha reconocido Raúl Lapeña.

Para la Universidad San Jorge, que también ha utilizado en esta cita otros iconos de la muestra internacional como el Pabellón Puente o el Palacio de Congresos, la Torre del Agua es “un lugar emblemático” de la ciudad y de Aragón. “Es un símbolo de la Expo; un escenario vanguardista que une presente y futuro, que es, de algún modo, lo que hemos trabajado en el congreso en esta semana”, ha expuesto su rectora, Berta Sáez.

Un menú a la altura entre premios y jotas

La cena se ha desarrollado en la planta baja de la Torre del Agua, decorada con mesas redondas y manteles blancos. Los asistentes han podido degustar un completo menú compuesto de zamburiñas a la plancha, ensalada de langostinos con bogavante, paletilla de ternasco cocinada a baja temperatura y torrija con helado de melocotón a la garnacha, entre otros platos. 

La velada también ha servido para entregar los premios del congreso y ha tenido incluso alguna sorpresa, ya que estaba previsto que un exalumno de la Universidad San Jorge –miembro de la organización y semifinalista de ‘Jotalent’– cantase unas jotas para los presentes.

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