sucesos

Condenada por atacar con un cuchillo a su expareja por negarse a reconocer a su hijo

La joven confesó ayer las amenazas, pero una prueba de ADN ha demostrado al final que la víctima es el padre del bebé.

Comisaría del Actur en Zaragoza
La joven acabó detenida en los calabozos de la comisaría del Actur.
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La desesperación de una mujer ante la negativa de su expareja a reconocer la paternidad de su hijo ha estado a punto de llevarla a prisión, ya que se presentó fuera de control y armada con un cuchillo en casa del hombre dispuesta a todo. No sin dificultad, el hombre consiguió refugiarse en una habitación y cerrar la puerta con llave, lo que sin duda evitó males mayores. 

La joven acabó aquel día en el calabozo y ayer se sentó en el banquillo de los acusados por un delito de amenazas. Sin embargo, su historia no ha acabado del todo mal, ya que no pisará la cárcel y ha conseguido que una prueba de ADN demuestre que su ex es el padre del bebé.

Los hechos se produjeron sobre las 7.30 del 8 diciembre de 2022 en un edificio de la calle Santa Rita de Zaragoza. Según el Ministerio Público, Ana A. A. sabía que su excompañero sentimental compartía piso con otras personas, por lo que acudió allí con su hijo y logró que uno de los inquilinos le franqueara la entrada. Acto seguido, la mujer se dirigió al dormitorio de su expareja, sobre la que se abalanzó de forma violenta mientras dormía.

"Te voy a joder la vida, te voy a hacer la vida imposible", gritó la acusada, al tiempo que arañaba en la cara al varón. Ayudado por uno de sus compañeros de piso, el agredido logró sortear a la mujer y encerrarse en un cuarto. Sin embargo, Ana A. A. siguió profiriendo amenazas contra él al tiempo que golpeaba la puerta con el que cuchillo que llevaba en la mano, "dando fuertes gritos, tirando objetos y rociando con lejía las pertenencias de otros inquilinos".

La agresiva actitud de la encausada obligó a llamar al 091, que envió varias patrullas al lugar de los hechos. Los agentes llegaron al inmueble justo en el momento en que la agresora se disponía a marcharse. No les costó identificara, ya que todavía empuñaba el arma blanca con la que instantes antes había amenazado a su expareja. El cuchillo estaba manchado de sangre, pero no era la de la víctima. 

Al parecer, la propia mujer se había cortado cuando lanzaba puñaladas al aire y contra la puerta de la habitación donde se refugió el hombre. Este tuvo que recibir asistencia médica, pero únicamente por los arañazos que sufrió en el rostro cuando ella lo atacó en la cama, lesiones de las que tardó en sanar tres días pero por las que no solicitó indemnización.

Al confesar la acusada los hechos en el juicio, la Fiscalía aceptó ayer sustituir el año de prisión que pedía para Ana A. A. por 31 días de trabajos en beneficio de la comunidad tras un acuerdo con su abogada, Carmen Sánchez. La mujer tampoco podrá aproximarse a su expareja durante un año, pero ya ha conseguido lo que pretendía: que el hombre reconociera la paternidad de su bebé y se hiciera también cargo de los gastos de su crianza.

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