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El joven que disparó con una recortada en El Gancho, detenido tras pasar 3 días oculto

La Policía Nacional consiguió detener ayer al autor de los tres disparos. Todo apunta a una disputa por motivos sentimentales.

Gran redada en el Gancho de Zaragoza
Imagen de archivo de una intervención policial en El Gancho de Zaragoza.
Toni Galán

La Policía Nacional ha logrado localizar y detener al joven que en la noche del pasado viernes, 9 de junio, disparó tres veces con una escopeta de cañones recortados en el barrio del Gancho de Zaragoza para intimidar a un hombre con la intención de que le dijera dónde estaba su hijo, al que buscaba para ajustar cuentas. 

El padre no se lo pudo decir porque en ese momento lo ignoraba y porque, además, se había dado la circunstancia de que la Policía lo acababa de detener unos minutos antes en la calle de Ramón y Cajal cuando caminaba armado con un cuchillo y una pata de cabra, posiblemente buscando al que portaba la escopeta.

La víctima identificó desde el primer momento al autor de los disparos, pero este ha conseguido permanecer oculto durante casi tres días. Según ha confirmado la Jefatura Superior de Policía, el agresor, J. A. S. J., fue localizado ayer en Zaragoza, por lo que ahora permanece en comisaría a la espera de su puesta a disposición judicial por un delito de amenazas.

Los disparos fueron efectuados en la calle de Cerezo aunque el suceso se había iniciado en la plaza de la Rebolería, donde tuvo lugar una disputa entre varias personas, y luego otra en la Magdalena. De hecho, el 091 recibió llamadas que alertaban de una pelea con armas blancas. Las dotaciones policiales que se acercaron al lugar no encontraron a nadie. 

Se marchó andando con un cuchillo

Sin embargo, la Policía averiguó después que uno de los implicados,  identificado como J. F. P., de 28 años, se había marchado de allí andando con un cuchillo en una mano y una pata de cabra en la otra. De esta guisa cruzó el Coso Bajo, la plaza de San Miguel, Isaac Peral e Independencia hasta llegar a César Augusto y Ramón y Cajal. 

La Policía logró localizarlo cuando caminaba dando gritos por esta última calle. Los agentes le pidieron que entregase las armas, a lo que se negó y opuso resistencia. Al final, tuvieron que reducirlo utilizando las defensas para desarmarlo y esposarlo, según fuentes policiales.  

Poco después, el 091 recibió llamadas de vecinos que habían escuchado lo que parecían detonaciones de un arma de fuego en la calle de Cerezo. Los agentes que acudieron rápidamente se entrevistaron con un hombre que les contó que un joven acababa de intimidarlo con una escopeta recortada, con la que había disparado tres veces, para que le dijera dónde estaba su hijo. Afortunadamente, los proyectiles no causaron daños personales. 

Al parecer,  J. F. P. y el autor de los disparos están enfrentados por cuestiones sentimentales relacionadas con una mujer

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