El Ayuntamiento, el Cabildo y la DGA se reunirán para minimizar las afecciones al turismo de la reparación de las torres del Pilar

El Consistorio insta a actuar "de forma coordinada y sensata" para minimizar las afecciones al turismo y la imagen de ciudad.

La torre de San Francisco de Borja también permanece vallada por precaución
La torre de San Francisco de Borja también permanece vallada por precaución
José Miguel Marco

El Ayuntamiento de Zaragoza, el Cabildo y el Gobierno de Aragón se reunirán, previsiblemente la próxima semana, para analizar la reparación de las torres y las cornisas del Pilar y sus consecuencias para el turismo y la imagen de ciudad.

“Estamos hablando del emblema de Zaragoza, de la Comunidad y de la Hispanidad en su conjunto; de un bien de absoluto interés cultural y turístico, y por eso se tiene que trabajar de manera coordinada y sensata”, ha subrayado este miércoles el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano.

Los primeros análisis apuntan a que las obras costarán dos años y al menos tres millones de euros, una inversión que deberá asumir el propietario del templo -el Cabildo-, aunque no se descarta pedir ayudas al Gobierno de España u otras instituciones, como ha ocurrido en otras ciudades, para costear parte de los trabajos.

El encuentro entre las tres partes tendrá un marcado carácter técnico. “En otras ciudades, cuando una catedral o un edificio emblemático entra en un periodo de restauración, lo primero que se suele hacer es cubrirlos con lonas que proyectan una imagen del propio edificio. Yo creo que de eso es de lo que tenemos que hablar”, ha dicho Serrano.

La tarea no afectará únicamente a Urbanismo, sino que implicará a otras áreas del Consistorio, como las de Cultura y Turismo, motivo por el que desde el Ayuntamiento se considera imprescindible concretar cómo se va a proceder en la rehabilitación a fin de que el impacto turístico sea “el menor posible”.

El concejal ha reconocido que si la piedra de entre dos y tres kilos que se desprendió el pasado lunes de la torre de Santa Leonor, en el paseo de Echegaray y Caballero, le hubiera caído encima a una persona “podríamos estar hablando de consecuencias mucho peores”. “Quiero mandar un mensaje de tranquilidad, pero también de prudencia: las torres del Pilar no se están derrumbando, pero los técnicos municipales indican que la piedra, en algunos elementos arquitectónicos concretos, fundamentalmente en los alféizares de las ventanas, presenta un deterioro evidente fruto del tiempo, de su descomposición y de la oxidación de los armados que sostienen este tipo de construcciones”, ha apuntado.

En este sentido, ha recordado que desde el Ayuntamiento no solo se han inspeccionado estos puntos, sino que se ha requerido al Cabildo en hasta tres ocasiones que empezase las obras de rehabilitación y que este martes se ordenó el vallado provisional de las torres “en las que puede haber peligrosidad”: las de Santa Leonor y Santiago.

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