El incendio del edificio okupado de Zaragoza pudo ser intencionado y tener tres focos

El Consistorio tapió ayer todos los accesos del bloque, que llevaba décadas dando problemas a los vecinos.

Exterior del edificio okupado en Compromiso de Caspe
Exterior del edificio okupado en Compromiso de Caspe
Francisco Jiménez

La Policía continúa investigando las causas del incendio del edificio okupa del número 83 de Compromiso de Caspe, que obligó a desalojar a una quincena de personas. En total se han confirmado hasta tres focos, por lo que podría haber sido intencionado.

Sacar a los inquilinos no fue fácil, ya que, aunque no hubo violencia, tres terminaron siendo esposados por oponer resistencia, quedando posteriormente en libertad tras ser identificados.

El bloque llevaba dando problemas desde hacía prácticamente a una década. La llegada de un grupo neonazi en 2014 movilizó a todo el barrio. Y aunque terminaron marchándose, los altercados nunca cesaron. La propia junta de distrito de Las Fuentes aprobó en su último pleno, celebrado la semana pasada, una resolución instando a la inspección urbanística a reevaluar la situación. "Estaban dando unos problemas tremendos. Se había llegado a un punto crítico", confirmó su presidente, el socialista Horacio Royo.

Ayer, Urbanismo dio orden de iniciar el expediente de expropiación del edificio, en el que resultó herida leve una vecina que saltó desde un primer piso.

También tapió todos sus accesos para evitar que los okupas pudieran volver al interior y procedió a asegurarlo ante el riesgo de colapso. El Ayuntamiento se hizo cargo de todas estas actuaciones de forma subsidiaria; unos gastos que se repercutirán posteriormente al propietario del inmueble, en manos de un banco, ya que, de acuerdo con el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano, los zaragozanos "no pueden tolerar que entidades financieras o grandes tenedores mantengan sus edificios en malas condiciones", lo que tiende a favorecer la okupación ilegal.

Policías y técnicos municipales estuvieron en la zona prácticamente toda la jornada. Hasta allí se desplazaron, también, agentes de Homicidios y de la Brigada Científica. Las primeras inspecciones confirmaron que las llamas afectaron fundamentalmente a la parte central del edificio, que ha quedado gravemente dañada.

Una convivencia imposible

El asunto también se trató en el Consejo de Gerencia de Urbanismo del lunes. "Han llegado a lanzar excrementos. Había incluso una persona que se había montado una especie de vivienda en el patio de entrada",  dijo el concejal.

El problema era también de olores. De hecho, la frutería que había justo al lado se había planteado marcharse. La tensión, no obstante, fue a más el pasado martes, cuando varios okupas empezaron a lanzar sillas y piedras desde las terrazas, llegando a herir, según los vecinos, a una persona.

Todo esto llevó al Ayuntamiento a programar una visita horas antes del incendio. Sin embargo, los técnicos municipales se encontraron con cadenas y amenazas escritas en las puertas que les impidieron hacer su trabajo.

Acto seguido emitieron un informe en el que se requirió a la propiedad del inmueble "actuar de inmediato". "Se va a ser inflexible ante este tipo de situaciones", prometió el concejal de Urbanismo, Víctor Serrano.

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