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La Guardia Civil entrega a domicilio 780 gr de cocaína que una zaragozana esperaba de Colombia

El envío llegó al aeropuerto de Madrid-Barajas en lo que aparentaba ser un instrumento musical. 

Aeropuerto de Barajas.
Aeropuerto de Barajas.
Jesús Hellín / Europa Press

Una entrega controlada de un paquete con droga ha llevado a prisión a una zaragozana de 48 años. A pesar de que tomó precauciones y su nombre no era el que figuraba en el envoltorio, fue ella quien abrió la puerta a los guardias civiles que el pasado 22 de marzo se presentaron en su casa de la calle de Moncasi y, a modo de repartidores, le entregaron en mano el envío procedente de Colombia

En el mismo momento en que lo recogió, los agentes de la Policía Judicial le comunicaron que quedaba detenida por tráfico de drogas. En concreto, por los 780 gramos de cocaína de gran pureza escondidos dentro de un instrumento musical, aunque en ese instante la Guardia Civil desconocía la cantidad exacta.

El paquete fue detectado el 15 de marzo pasado en el almacén de Correos situado en el centro de carga aérea del aeropuerto Madrid-Barajas, en un control de riesgo efectuado por la Guardia Civil. El envío llevaba como remitente el nombre de Andrés Ballesteros Toro (falso, con toda probabilidad) y procedía de la localidad colombiana de Chinchina. En su interior había lo que aparentaba ser un instrumento musical metálico, con un doble fondo en los laterales, y se observaba una sustancia que, por su densidad, los funcionarios pensaron que podía ser droga.

Como se hace habitualmente en estos casos, los agentes de la Unidad de Análisis e Investigación Fiscal y Fronteras de Carga Aérea Barajas perforaron con un pequeño taladro el objeto y obtuvieron una mínima muestra que en el narcotest dio positivo en cocaína.

Tras el hallazgo y, tal y como recoge la ley de Enjuiciamiento Criminal, la Guardia Civil solicitó a un juzgado madrileño la autorización para hacer la entrega vigilada del paquete a funcionarios de la comandancia de Zaragoza que, a su vez, lo llevarían en mano al domicilio de la destinataria. Como tal figuraba una mujer identificada como Jéssica Beltrán Rodríguez, identidad que luego se descubriría ser falsa, residente en un piso en la calle de Moncasi.

Los agentes llamaron al timbre del piso y, al no obtener respuesta, telefonearon al número de contacto facilitado en la etiqueta del paquete. El tono de la llamada se oyó al otro lado de la puerta y contestó una mujer diciendo que ella era Jéssica y no estaba en casa, aunque iba a avisar a una amiga que vivía en el mismo piso para que lo recogiera. Dos minutos después, una mujer abrió la puerta, se identificó como Laura S. M. y se hizo cargo del envío. Acto seguido, la Guardia Civil le comunicó que quedaba detenida.

Posteriormente, en las dependencias policiales comprobaron que el nombre real de la arrestada es Jénifer M. M., de 48 años, vecina de la capital aragonesa. La mujer fue puesta a disposición judicial, asistida por los abogados Carmen Sánchez y Luis Ángel Marcén, y la juez de guardia la envió a prisión al ser una cantidad de droga de notoria importancia.

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