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Así ha quedado la plaza de La Magdalena de Zaragoza tras su reforma

El Ayuntamiento culmina los trabajos, que han supuesto una inversión de 141.500 euros y han permitido destacar la iglesia mudéjar y su pasado romano. 

El alcalde, Jorge Azcón, con la concejal de Infraestructuras, Patricia Cavero, y el presidente de la junta del Casco Histórico, Alfonso Mendoza, en la plaza de La Magdalena.
El alcalde, Jorge Azcón, con la concejal de Infraestructuras, Patricia Cavero, y el presidente de la junta del Casco Histórico, Alfonso Mendoza, en la plaza de La Magdalena.
Miguel G. García / Ayto.

Si la semana pasada fueron Sixto Celorrio y San Miguel, este lunes el corte de cinta se lo ha llevado la histórica plaza de La Magdalena de Zaragoza, que luce ya su nuevo aspecto tras una intervención de 141.500 euros. Los trabajos en este caso se han centrado en realzar la iglesia mudéjar que allí se encuentra y destacar el importante pasado romano con el que cuenta este punto, donde se ubicó la Puerta de Valencia. La intervención se ha llevado a cabo durante los dos últimos meses por parte del área de Infraestructuras del Ayuntamiento y con la colaboración de la sección de arqueología del Servicio de Cultura. 

El alcalde, Jorge Azcón, que ha acudido a comprobar el resultado de los trabajos junto a la concejal de Servicios Públicos y candidata del PP, Natalia Chueca, y la de Infraestructuras, Patricia Cavero, ha hecho hincapié también en que se ha conseguido que la plaza sea "todavía más peatonal y accesible". Para ello, se han eliminado todos los elementos que la "afeaban" y entorpecían el tránsito, como los aparcamientos para bicicletas y patinetes, incluido el del servicio Bizi, que se han desplazado al Coso. 

Así, se ha creado un espacio más diáfano y uniforme, lo que permite a su vez dar protagonismo a la iglesia de Santa María Magdalena, declarada Bien de Interés Cultural (BIC). En este sentido, toda la reforma, como han indicado fuentes municipales, ha contado con la autorización de la Comisión de Patrimonio del Gobierno de Aragón.

La configuración de la plaza se ha mantenido pero se ha eliminado el viejo pavimento, que estaba muy deteriorado y construido en cuatro materiales distintos, entre ellos mármol que resbalaba con la humedad y la lluvia. Para mejorar la seguridad de los peatones, en su lugar se ha colocado granito en tonalidades grises y rojizas, siguiendo la estética de otros puntos emblemáticos del Casco Histórico. Además, los alcorques de los árboles se han cubierto con pavimento drenante para aprovechar el agua de lluvia para el riego y al mismo tiempo mejorar la accesibilidad, ya que se eliminan los desniveles.

No solo ha sido una intervención urbanística, sino que tiene también, como ha destacado el regidor, "un alto contenido cultural". En concreto, en el subsuelo de esta plaza se conserva parte del pavimento del decumano máximo y en ella se ubicaba también la antigua puerta oriental de la muralla romana del siglo III, derribada en 1867 y conocida como Puerta o Arco de Valencia. De ella se conservan restos del pavimento y de una de las jambas en la fachada del edificio de la calle Mayor 71, y de la torre meridional en los sótanos de Coso 147. Y ahora, como ha dicho Azcón, "se ha dejado huella" de su existencia con un trazado metálico de latón que recuerda sobre el pavimento la anchura que debió tener. También próximamente se colocará un hito con información e imágenes sobre su historia.

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