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Un condenado por dos tentativas de homicidio, juzgado por agredir a un guardia civil

El preso se puso muy violento en un traslado a la cárcel de Castellón y llegó a doblar los grilletes y romper el cinturón de seguridad.

El agresor, Zakaria Hamidi, cuando fue juzgado en Zaragoza en 2018.
El agresor, Zakaria Hamidi, cuando fue juzgado en Zaragoza en 2018.
José Miguel Marco

Zakaria Hamidi Massaoudi ya demostró su carácter violento cuando era menor y en 2015, con solo 17 años, violó a una joven en Las Delicias, le robó sus pertenencias y luego prendió el piso con ella dentro, causándole quemaduras en el 30% del cuerpo. Entonces fue juzgado como menor por agresión sexual y tentativa de homicidio ya tenía un historial delictivo que incluía fuegos intencionados y robos con violencia.

Solo un año más tarde, en 2016, siendo ya mayor de edad, fue detenido por arrojar por la ventana a una mujer de 47 años a la que conoció esa misma noche en un bar de La Magdalena y que sufrió graves lesiones. La víctima invitó al acusado y a un amigo de este a tomar la última copa en su casa. Lo que no imaginó es que Zakaria Hamidi iba aprovechar para llamar por teléfono a un montón de colegas y montar un botellón en la vivienda. La anfitriona, molesta, le pidió explicaciones y le exigió que sacara del piso a toda esa gente, pero él se encaró con ella y, tras un violento forcejeo, acabó tirándola por la ventana desde una altura de unos 8 metros. Por estos hechos fue juzgado en 2018 y condenado a cinco años de cárcel.

Desde entonces está en prisión por esta y otras causas, ya que en su historial constan cerca de 30 detenciones. Este jueves pasó de nuevo por los juzgados de Zaragoza para responder por un episodio violento que protagonizó en agosto de 2021, cuando iba a ser trasladado desde la cárcel de Zuera a la de Castellón, donde cumple condena. Los funcionarios de prisiones habían alertado de que era peligroso –se había intentado escapar del módulo de aislamiento– y por eso lo estaban esperando tres agentes de la Guardia Civil para formalizar las reseñas y subirlo al furgón de traslados.

Pero nada más llegar comenzó a insultar, proferir improperios y amenazas y a lanzar patadas de manera indiscriminada. Cuando lograron aproximarlo al lector de huellas y aflojaron la fuerza en una de sus manos, se puso de nuevo muy agresivo y acometió a los guardias y funcionarios, a los que golpeó con los pies, la cabeza, los codos y los puños, y terminó tirando a dos al suelo.

Los trabajadores consiguieron reducirlo, introducirlo en la célula blindada de seguridad del furgón y sentarlo y abrocharle el cinturón de seguridad. Sin embargo, de forma sorpresiva, hizo tal fuerza que arrancó la hebilla de sujeción del anclaje del cinturón. Durante todo el traslado golpeó de forma continua la celda, estropeó la cerradura y dobló y dejó inservibles los grilletes de seguridad.

Uno de los guardias civiles sufrió lesiones de las que tardó 100 días en curar. Un funcionario de prisiones también salió mal parado, aunque renunció a ejercer acciones contra Zakaria Hamidi. La Fiscalía solicitaba 18 meses de prisión por atentado y otros 18 por lesiones, como el abogado del Estado, mientras que la acusación particular, ejercida por Marco Antonio Navarro, pedía el doble. Al final, las partes llegaron a un acuerdo y el acusado aceptó una condena de tres meses por resistencia y tres por lesiones, así como el pago de 7.100 euros de indemnización para el agente perjudicado.

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