Sabiñán se une a la conmemoración de los 600 años de la muerte del Papa Luna
La localidad ribereña del Jalón, donde se guarda el cráneo de Benedicto XIII, presenta una página web dedicada a la reliquia y visitas guiadas.
El 23 de mayo de 1423 falleció en Peñíscola Pedro Martínez de Luna y nació toda una leyenda: la del Papa Luna, Benedicto XIII. A punto de cumplirse 600 años de la efeméride, la localidad de Sabiñán, en la comarca Comunidad de Calatayud, ha organizado una serie de actividades y propuestas para unirse a la conmemoración.
En primer lugar, este viernes, 3 de febrero, se presentará una página web dedicada a la pieza bajo el nombre de craneopapaluna.com. En este espacio hay distintas secciones, desde la que aborda la figura de todo un referente histórico, pasando por su ligazón con Sabiñán y también la historia del robo.
Del mismo modo, se incluyen apartados sobre el pueblo, con información sobre su patrimonio y comercios, pero también sobre 'Los lugares del Papa Luna', en los que aparecen Illueca, Peñíscola, La Seo, Calatayud, Tobed y el antiguo museo diocesano de Zaragoza.
Para complementar la celebración, los sábados 11 de febrero y 11 de marzo se han programado sendas visitas guiadas a la localidad. Estarán comandadas por el historiador y guía José Luis Cortes y recorrerán parte del entramado urbano, así como la iglesia y, especialmente, la capilla de Santa Ana, donde se guarda la calavera.
Serán a las 9.30 y las 11.30 con un coste de 5 euros por persona y para contar con una de las plazas es necesario confirmar asistencia en el 976 826 043.
Sabiñán es el municipio donde reposan los únicos restos del pontífice, cuya estancia se puede dividir en dos etapas. A pesar de que no hay acreditación documental de la fecha exacta, desde el Consistorio se recuerda que sí hay "constancia de su presencia en el palacio de Argillo desde hace al menos tres siglos".
Así fue hasta el 11 de abril de 2000, cuando en las páginas de HERALDO se hizo público su robo, que se pudo esclarecer en septiembre del mismo año. Hasta 21 años después, el 1 de junio de 2021, los restos no regresaron a la localidad procedentes del Museo de Zaragoza y bajo fuertes medidas de seguridad.
La cesión se produjo, recuerdan desde el Ayuntamiento, tras rubricarse el 30 de abril de 2019 la donación por parte de la familia Olazábal-Bordiu y "en virtud de una promesa hecha anteriormente".
