Uno de los mejores sumilleres del mundo, de Zaragoza, acusado de robar botellas de vino valoradas en 31.000 €

El zaragozano Guillermo Cruz se sienta esta semana en el banquillo de los acusados de la Audiencia de Guipúzcoa y se enfrenta a una posible condena de dos años y tres meses de prisión.

Juicio contra el antiguo sumiller de Mugaritz
Juicio contra el antiguo sumiller de Mugaritz (a la izquierda). 
Juan Herrero/Efe

El zaragozano Guillermo Cruz, reconocido como el mejor sumiller de España en 2014 y clasificado entre los mejores 20 del mundo en 2016, se enfrenta a su peor trago. La Audiencia Provincial de Guipúzcoa lo juzga esta semana acusado de apropiarse de botellas de vino valoradas en 31.854 euros. Según la Fiscalía, que pide para el aragonés una condena de dos años y tres meses de prisión, lo hizo cuando trabajaba como jefe de sala y sumillería del afamado restaurante Mugaritz de Rentería, un establecimiento de alta cocina distinguido con dos estrellas Michelín.

Guillermo Cruz nació en la capital aragonesa en 1985. Y fue precisamente en la hostelería aragonesa donde empezó a labrarse su prestigiosa trayectoria profesional. En el año 2013 recibió el Premio Pajarita al mejor Profesional de Sala Joven de Aragón, galardón al que se añadirían muchos otros después, tanto a nivel nacional como internacional. El sumiller fue contratado para trabajar en Mugaritz en 2012, pero nunca ha dejado de visitar Zaragoza tanto por motivos personales como profesionales.

El despido por presuntas “malas prácticas” de Guillermo Cruz se produjo en enero de 2019, cuando el propietario de Mugaritz presentó una denuncia contra el zaragozano ante la Ertzaintza. Después se supo que acusaba al sumiller de apropiarse de varias botellas de alta gama tanto para consumo propio como para su posterior venta a terceros. El vino fue valorado en 31.854 euros, cantidad que ahora el restaurante exige que se le devuelva. La acusación particular también solicita una pena de cárcel mayor para el zaragozano: cuatro años y medio de prisión por un delito continuado de apropiación indebida.

El pasado mes de septiembre se celebró una vista previa para intentar evitar el juicio, pero las posturas irreconciliables de las partes han acabado con Guillermo Cruz en el banquillo de los acusados. El juicio comenzó ayer martes en San Sebastián con la declaración del máximo responsable y fundador del reputado restaurante donostiarra, Andoni Luis Aduriz, quien dijo haber entrado en “shock” al enterarse de la presunta sustracción de botellas por parte de uno de sus hombres de su confianza. El restaurador dijo también al comprobar varios envíos de paquetes a tres direcciones que se repetían, dos eran de Zaragoza y otra de Barcelona.

El sumiller Guillermo Cruz, en el centro, a su llegada a la Audiencia de Guipúzcoa.
El sumiller Guillermo Cruz, en el centro, a su llegada a la Audiencia de Guipúzcoa.
EFE/ Juan Herrero

Guillermo Cruz: "Todas las botellas eran mías"

El juicio ha concluido este miércoles con la declaración del aragonés, quien no solo niega haberse apropiado de las botellas, sino que presentó una demanda por despido improcedente. Y lo cierto es que primero el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco y después el Supremo le dieron la razón.

Guillermo Cruz ha señalado ante el tribunal que "todas las botellas" que vendió eran suyas.  Sobre su procedencia, el sumiller ha contado que unas las compró a particulares y otras a distintos proveedores. Es más ha reconocido que también adquirió algunos caldos a través del propio restaurante Mugaritz. Porque, según el zaragozano, esta era "una ventaja" de la que disfrutaban los empleados del establecimiento.

Guillermo Cruz, en la foto de familia del concurso, en Mendoza.
Guillermo Cruz, en una foto de archivo
G. C.

Durante la segunda sesión del juicio, se ha hablado de una botella que llevaba el número 4.410 y procedía de una bodega de la Borgoña (Francia). Cruz ha señalado que él la compró al restaurante de Rentería por unos 230 euros. Sin embargo, el distribuidor que se la compró y que declaró el martes como testigo señaló que él pagó por este vino 800 euros. 

La defensa ha aprovechado su informe final para afirmar que Aduriz ha levantado un "castillo de naipes" fruto del "cabreo" que el propio restaurador cogió en diciembre de 2018, cuando el sumiller de Zaragoza no acudió a un l viaje que tenían previsto hacer juntos a Tenerife "dejándolo en mal lugar". De hecho, el abogado entiende que podría haber motivos espurios tras la denuncia. 

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