El tiroteo se produjo a las afueras de Villamayor, a escasos metros de los viveros de Flores Aznar, unas naves que al menos uno de los detenidos habría atravesado en su improvisada huida. Las propias trabajadoras del vivero aseguraban ayer haber pasado "miedo". "Ha venido un batallón, ha sido un movida", contaba una de ellas solo unas horas después del suceso al recordar el fuerte despliegue de Policía Nacional y Guardia Civil.

En total llegaron a ver entre seis y siete coches. Los agentes entraron a sus instalaciones para preguntar acerca de la ubicación exacta de la vivienda donde ocurrieron los hechos, una finca apartada situada a unos dos kilómetros del pueblo a la que se accede por un camino de tierra.

Según las empleadas, uno de los autores del tiroteo habría aprovechado que la puerta de una de las naves estaba abierta para meterse. Los agentes habrían tratado de acorralarlo yendo por varios caminos, por lo que "no le quedó otra opción" que colarse allí.

Los propios vecinos de Villamayor aseguran que los implicados en estos hechos son "gente vengativa", y que "es habitual" ver Guardia Civil por la zona.

La inspección de la vivienda en Torre del Cacho obligó a cortar el camino de Villamayor durante cerca de una hora, desviando a varios conductores, que no entendían lo que pasaba. Pasadas las 17.00, fue el propietario de la vivienda en la que se produjo el tiroteo quien se acercó hasta la finca, que tiene alquilada desde hace más de 10 años a la pareja de la víctima, una chica que "nunca había dado problemas". Él se enteró de lo ocurrido mientras estaba trabajando. Sin apenas información, y sin excesivas explicaciones por parte de la Guardia Civil, únicamente pudo comprobar que la casa estaba en buen estado.