El centro asistencial de Calatayud contará en marzo con una unidad de convivencia para ocho personas

El Consistorio dice que la obra, de 292.000 euros, necesita licencia y la DGA, que solo una declaración responsable.

María Victoria Broto visita las obras del centro asistencial de Calatayud.
María Victoria Broto visita las obras del centro asistencial de Calatayud.
Macipe

La reforma de la tercera planta del centro asistencial de Calatayud, que comenzó en noviembre y se prevé acabar en marzo con una inversión de 292.021 euros, servirá para crear una unidad de convivencia para ocho usuarios. Para ello se va a reconvertir una superficie de 324 metros cuadrados que se usaba como almacén en ocho habitaciones individuales con baño propio (uno geriátrico), un salón comedor y una cocina tipo office que se ajustan al nuevo modelo de "atención centrada en la persona" que promueve la DGA.

La planta, por lo tanto, pasará a tener una consideración de "uso hospitalario" y se destinará a aquellas residentes con mayor autonomía como fase previa a pasar a un piso tutelado. En estos momentos, la contratista, Montajes Eléctricos García, ya ha demolido algunos de los tabiques y se han levantado los suelos para darles la forma definitiva. La consejera, María Victoria Broto, ha visitado este miércoles el complejo acompañada de la directora provincial del IASS, Encarna Bendicho; de la directora del centro, Blanca Sánchez, y del arquitecto del proyecto, Marco Alcácera.

Broto ha valorado que la remodelación supone crear "una casa grande de ocho habitaciones" para que las personas usuarias ganen en autonomía y capacidad de organización, a la vez que el entorno se hace "más humano". "Pretendemos mayor participación de los residentes en las actividades y la gestión y que sea su hogar", ha subrayado. Al mismo tiempo ha recordado que "no se hacían obras en centros del IASS desde hace 12 años" y que en la actualidad se han destinado 12,5 millones a intervenciones en 9 centros.

Entre ellos, el de la Romareda se prevé abrir al mes que viene y el Ciudad de Huesca ya cuenta con la recepción de la obra y queda pendiente el mobiliario. La consejera ha concretado que además de las obras, las inversiones también se han encaminado al equipamiento tecnológico y a la formación del personal que trabaja en los centros. "El nuevo modelo implica trabajar de otra manera. Desde hace tiempo trabajamos con la Fundación Matia, porque siempre se ha trabajado muy bien y con mucha profesionalidad, pero hay cambios", ha puntualizado.

En lo que respecta a las herramientas, ha concretado que sirven "para gestionar mejor, dar más agilidad, tener mayor información de cómo han pasado el día y para tener una mejor relación con el exterior". Por lo que respecta al de Calatayud, la directora, Blanca Sánchez, ha agradecido la apuesta por mantener abierto el centro: "Es un cambio en la organización, para el personal, y las infraestructuras, que lo requerían". Se incluirá un sistema "paciente-enfermera", WIFI y un sistema para la gestión y coordinación para las prescripciones y suministros de farmacia.

En el centro asistencial de Calatayud, el antiguo psiquiátrico, se atiende a 48 residentes, mujeres de 36 a 98 años, con diagnóstico de enfermedad metal o patologías psiquiátricas. Hay 50 plazas y trabajan 60 personas. Se ofrecen servicios de terapia ocupacional, fisioterapia, animación sociocultural, trabajo social, psicología, medicina y enfermería, por ejemplo, y se promueven actividades deportivas, culturales, salidas al entorno cercano y excursiones.

Polémica por la tramitación de la obra

Ante el conocimiento de la visita de la consejera, el alcalde, José Manuel Aranda, ha manifestado que "la intervención requiere de la concesión de una licencia municipal de obras". Por su parte el Departamento de Ciudadanía y Servicios Sociales Gobierno de Aragón considera que es suficiente con una declaración responsable que ya se presentó en su día. Desde el Ayuntamiento se reconoce que "en principio" no se contempla paralizar los trabajos, aunque indican que el IASS "no ha abonado las tasas pertinentes".

Sin embargo, sobre estos trabajos, el arquitecto municipal emitió un informe el 28 de diciembre en el que requería, para seguir adelante con el expediente, que el Instituto Aragonés de Servicios Sociales aclarase, entre otros puntos, que queda garantizada la seguridad de las usuarias en cuanto a "sectorización, compartimentación, salidas de emergencia, recorridos de evacuación y resistencia al fuego de la totalidad de la planta". En concreto reclama "ser más riguroso y justificar soluciones" teniendo en cuenta el presupuesto de la obra.

A este respecto, fuentes del IASS puntualizan que para esta intervención es suficiente con una declaración responsable y que las concreciones que reclama el Consistorio serán solventadas en los próximos días. De la misma forma, se insiste en que el documento se solicitó "de acuerdo a la ley de Urbanismo" y que "se da cumplimiento a la ley de Simplificación Administrativa, y afirman que "el documento habilita el inicio de las obras una vez ha sido solicitada", además de valorar que la entidad "está y siempre ha estado a disposición del Ayuntamiento para cualquier cuestión".

En la ley de Urbanismo de Aragón, entre otros aspectos, se especifica que este tipo de documento se ciñe, entre otros casos, a aquellas actuaciones no "tengan por objeto cambiar los usos característicos del edificio". Aranda, por su parte, asegura que por parte del Consistorio se le solicitó una reunión al arquitecto del proyecto pero que no ha acudido.

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