BARRIOS de ZARAGOZA

Montemolín no quiere desaparecer ni en el plano ni en la memoria de Zaragoza

José Ignacio Sauca publica la semblanza de un barrio de más de un siglo, capital en el crecimiento de la ciudad.

Uno de los edificios más bellos y sugerentes de Montemolín es el palacio de Larrinaga.
Uno de los edificios más bellos y sugerentes de Montemolín es el palacio de Larrinaga.
Guillermo Mestre.

Algo sucede en Montemolín. La Asociación Vecinal Larrinaga-Montemolín y el profesor de historia José Ignacio Sauca han unido sus voces a las de escritores, poetas y artistas para que su nombre no desaparezca ni sea engullido por otros varios. Dice Sauca a Heraldo.es: “Montemolín es un topónimo sin confirmar, aunque se refiera a la cima de un pequeño montículo que se encontraba al lado de la posada o parador que se abrió tras la construcción de la estación de Capa (actual Utrillas) en 1863, de ahí su nombre Mont (monte)- Molin (o en forma altiplana o muela), típico de estos orónimos aragoneses”, explica. 

El escritor Rodolfo Notivol dice: “Montemolín es también pura esencia zaragozana. Un barrio con una antigüedad de, al menos, 130 años. Nos apena a sus vecinos que hace unos años el ayuntamiento de Zaragoza, en una decisión absurda, que desconocía una parte de la historia de la ciudad, lo dejara fuera de la nomenclatura de los distritos zaragozanos. A consecuencia de lo cual, hoy muchos de los habitantes de Zaragoza desconocen el auténtico nombre de toda esta zona”. Cuando en 1981 Zaragoza se articuló en 12 distritos, Montemolín desapareció como entidad jurídica.

Orígenes y expansión del barrio

Los dos, entre otros, Sauca y Notivol ponen el dedo en la llaga. El origen del barrio, mucho más extenso de lo que podría creerse, nace de “la importante interrelación entre lo rural (torres) y el espacio urbano, consecuencia de su Historia. La zona rural nace con el Canal Imperial de Aragón pasado Torrero y con los nuevos regadíos que conformarán un nuevo espacio de huertas llamado Miraflores, en la margen derecha del río Huerva, y que prácticamente llega hasta la Cartuja. Por otro lado, la zona urbana se desarrolla desde mediados del siglo XIX tras la construcción del nuevo puente de San José en la trasera de la plaza San Miguel por la Puerta del Duque y seguía la carretera de Alcañiz (actual Miguel Servet)”, informa el historiador José Ignacio Sauca.

Rodolfo Notivol, escritor: "Nos apena a sus vecinos que hace unos años el ayuntamiento de Zaragoza, en una decisión absurda, que desconocía una parte de la historia de la ciudad, lo dejara fuera de la nomenclatura de los distritos zaragozanos"
Interior del Antiguo Matadero de Ricardo Magdalena, hoy Biblioteca con su nombre.
Interior del Antiguo Matadero de Ricardo Magdalena, hoy Biblioteca con su nombre.
Guillermo Mestre.

Por todo ello queda claro que Montemolín no es un viejo barrio medieval de Zaragoza, como el Gancho o el Arrabal, etc…, sino que es uno de los primeros barrios obreros que nace a finales de este siglo XIX en Zaragoza. Insiste Sauca: “En 1880 ya aparece documentada la ‘policía rural de Montemolín’ que unifica lo rural con estas nuevas zonas urbanas industriales. Montemolín fue una zona de expansión (cercana y llana) que acogió una Granja experimental, en las inmediaciones de la estación ferroviaria, donde agrónomos y trabajadores acudían diariamente a sus trabajos e investigaciones -señala-. Esta zona al este de la ciudad, saneada, a favor del cierzo y de fácil acceso, hará que el Ayuntamiento tome una nueva decisión: construir un nuevo Matadero en 1885 aprovechando la cabañera que venía por la misma carretera”. Ese Matadero es uno de los grandes edificios concebidos por Ricardo Magdalena, y acoge ahora, tantos años, la biblioteca del mismo nombre.

José Ignacio Sauca: “En 1880 ya aparece documentada la ‘policía rural de Montemolín’ que unifica lo rural con estas nuevas zonas urbanas industriales. Montemolín fue una zona de expansión (cercana y llana) que acogió una Granja experimental, en las inmediaciones de la estación ferroviaria"

A la estación de Utrillas y al Matadero, se sumará un tercer edificio: las cocheras, que se utilizarán, cuenta Sauca, para recoger “el nuevo servicio de transporte público de la ciudad: los coches tirados ‘a sangre’ (por caballos), futuros tranvías, cuya línea inicial y única fue la ‘1 del Bajo Aragón’, (segundo topónimo que define al barrio por su proyección a esta zona oriental de Aragón). De esta manera los olorosos establos de los caballos y mulos se alejaban de la ciudad aprovechando el amplio espacio que existía entre la estación y la granja experimental”.

Los límites de Montemolín

Con todos esos datos, ¿cuáles serían los límites de Montemolín? “Hablar de límites es difícil ya que no es lo mismo Montemolín a finales del siglo XIX que en los años 50 del siglo XX cuando explosionan las viviendas con el desarrollismo franquista en los caminos de San José y Las Fuentes, acabando segregándose sus pobladores con una conciencia de ser barrios distintos al de Montemolín”. 

Con esos matices, Sauca dibuja su trazado mentalmente y dice que “ahora los límites del barrio giran a la calle principal: Miguel Servet que pasa por el centro de Montemolín, sus habitantes así lo sienten. Desde la Boca de Zaragoza (comienzo de Compromiso de Caspe en las Fuentes con de la avenida de San José en Miguel Servet), en su margen izquierda va por detrás del Matadero, camino la Filla y Torre Ramona, baja por la huerta de las Fuentes a Cantalobos y al Ebro, sigue por el río y acaba en el Escurridero (detrás de la media Legua), es decir, cruce del cuarto cinturón con el río (detrás del cementerio de la Cartuja). Sube por el Escurridero hasta el Canal en la Almenara de San Antonio, y de allí baja hacia el Barranco de la Muerte dejando la estación de Miraflores, para continuar por detrás de la Estación de Utrillas a las calles Privilegio de la Unión, Monasterio de Samos y, de nuevo a la Boca de Zaragoza”.

Imagen histórica del colegio La Salle-Montemolín.
Imagen histórica del colegio La Salle-Montemolín.
Archivo HA/La Salle.

Tanto la asociación de vecinos como Sauca y otros remarcan la importancia que ha tenido Montemolín para Zaragoza. Sauca dice: “El desarrollo urbano de Montemolín se ha visto entorpecido por grandes infrestructuras municipales: Matadero, Frontón, Estación Utrillas, Granja experimental, de servicio a la ciudad. También Montemolín albergó grandes espacios industriales, en los años 50 de viejas fábricas, que aportaron trabajo a muchos zaragozanos que se aprovecharon de su cercanía y transporte. Todas esas fábricas han limitado un crecimiento posterior ordenado y planificado: (Industrias Cyma, Pitay, Peipasa, Harineras Azón, Talleres Diesel, Cefa, y especialmente Giesa), alguno de estos terrenos están sin resolver todavía o con problemas de urbanización como la Giesa o el espacio de la Cefa”.

Rodolfo Notivol ahonda en la misma dirección: “El barrio ha dado mucho a Zaragoza. Le proporcionó energía (a través del carbón que llegaba de Utrillas), alimento (por la explotación de sus huertas y por la instalación en él del Matadero Municipal), diversión (aquí estaba el Frontón Zaragozano) y, sobre todo, personas. Aquí se instalaron buena parte de los emigrantes que llegaban en busca de trabajo de los pueblos cercanos, especialmente, del Bajo Aragón. El barrio también recibió ese nombre: barrio del Bajo Aragón”.

“El barrio ha dado mucho a Zaragoza. Le proporcionó energía (a través del carbón que llegaba de Utrillas), alimento (por la explotación de sus huertas y por la instalación en él del Matadero Municipal), diversión (aquí estaba el Frontón Zaragozano) y, sobre todo, personas", dice Rodolfo Notivol

Patrimonio, cultura y personajes

Montemolín tiene un patrimonio nada desdeñable. “Monumentos y lugares patrimoniales destacados, tenemos muchos: el palacio de Larrinaga, Matadero, la Giesa, la Plaza de Utrillas, casas viejas protegidas de Miguel Servet, la Torre Ramona, el antiguo colegio Tomás Alvira, Torre Luna, etc… Pero destacaría algo distinto: sus habitantes”, afirma y ahí coincide con Notivol. “Montemolín fue de los primeros en envejecer (al ser el primero en desarrollarse de la zona), se organizó, se planificó al margen del ayuntamiento (rehabilitando y derribando casas ruinosas), sin ayudas municipales. La asociación de vecinos es de las más antigua de la ciudad, (1974), pero hay que destacar que anteriormente existía un ‘alcalde de barrio oficial’ nombrado por el alcalde de Zaragoza desde la República hasta los años 80, que era consultado y hacía propuestas de los vecinos al ayuntamiento, lo que indica el grado de concienciación del barrio al ser tenido en cuenta por el mismo alcalde de la ciudad”, dice José Ignacio Sauca.

Rodolfo Notivol recuerda algunos nombres conocidos de habitantes de Montemolín: “Aquí, nacieron o vivieron nombres tan reconocidos en la ciudad como el del bailarín Víctor Ullate; escritores como Santiago Loren (que aunque belchitano, vivió aquí desde los 7 años), José Giménez Corbatón o José Antonio Prades; poetas como Olga Bernad; el de cabareteras como la gran Mary de Lis; futbolistas del Real Zaragoza como Pablo Alfaro; periodistas como Martín de Urrea; montañeros como Pepe Garcés; actrices como Salomé Jiménez o catedráticos como Julio López Laborda, por nombrar solo a algunos, pues hay muchos más”.

La antigua estación de ferrocarril de Utrillas.
La antigua estación de ferrocarril de Utrillas.
Archivo Heraldo.

El autor de ‘Autos de choque’ y ‘Vaciar los armarios’ va algo más allá y apela a su fibra sentimental: “Montemolín es el lugar donde ha transcurrido la mayor parte de mi vida, podría decir sin temor a exagerar que es mi casa o, al menos, una habitación de la misma. Conozco cada una de sus calles, sus rincones, a gran parte de sus gentes. Y es también el lugar al que siempre acude mi memoria. Incluso mi memoria familiar. Aquí se trasladaron a vivir mis bisabuelos maternos en 1910, aquí nació una de mis abuelas, de aquí fue expulsada o llevada a asesinar una parte de mi familia cuando se produjo el golpe del 36, aquí nació mi padre, aquí nací yo y aquí, por mi elección, ha transcurrido toda mi vida“. 

"La asociación de vecinos es de las más antigua de la ciudad, (1974), pero hay que destacar que anteriormente existía un ‘alcalde de barrio oficial’ nombrado por el alcalde de Zaragoza desde la República hasta los años 80, que era consultado y hacía propuestas de los vecinos al ayuntamiento", explica Sauca

La periodista y locutora de televisión Pilar Bellé se suma a la corriente de apoyo a Montemolín: “El barrio no puede perderse. ¡A ver qué podemos hacer! Mucha historia, mucho arraigo...Yo jugué muchas veces de pequeña en el Palacio de Larrinaga. Me considero nacida en Montemolín, siempre lo digo”, ha escrito en Facebook. Igual que hacen la poeta Olga Bernad, que dice con inmenso orgullo: “Montemolín es mi barrio”, y José Antonio Prades, que afirma: “Estamos intentando relanzar el nombre del barrio y su historia. En enero albergaremos la exposición sobre el futbolista José Luis Violeta”. 

Y todo empieza, o mejor aún, continúa el martes 15, a las 19.00, en el Centro Salvador Allende con la presentación de ‘Semblanza de un barrio… más de 150 años de historia”.

El historiador José Ignacio Sauca publica una monografía sobre Montemolín.
El historiador José Ignacio Sauca publica una monografía sobre Montemolín.
Archivo Sauca/Notivol.
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