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Una madre zaragozana, al conductor que salvó a su bebé: "Le estaré eternamente agradecida"

Una zaragozana se reencuentra con el conductor del vehículo que la socorrió en pleno centro de Zaragoza cuando su bebé sufría convulsiones y la llevó al Hospital Infantil.

Beatriz Martínez, la pequeña Ixeia y Juan Ferrando en su reencuentro tras salvar al bebé, en Zaragoza
Beatriz Martínez, la pequeña Ixeia y Juan Ferrando, en su reencuentro en Zaragoza
M.O.

El pasado miércoles, 2 de noviembre, Ixeia Sánchez, de 22 meses no fue a la guardería porque se levantó con fiebre. Su madre, Beatriz Martínez, hizo lo que muchos progenitores en estos casos, le dio un antitérmico y la dejó con los abuelos. Cuando volvió a casa, a medio día, se encontró a la niña convulsionando y con la fiebre muy alta.

“Estaba morada y no reaccionaba. Me asusté mucho”, dice la madre. “No sabía cómo actuar así que la cogí en brazos, bajé a la calle -en calle de Pignatelli, junto a la plaza de toros de Zaragoza- y me puse a gritar pidiendo ayuda porque me sentía impotente. No sabía qué hacer”, explica.

Una zaragozana se reencuentra con el conductor del vehículo que la socorrió en pleno centro de Zaragoza cuando su bebé sufría convulsiones y la llevó al Hospital Infantil el pasado 2 de noviembre.
M.O.

Al oír los gritos, las personas que pasaban por allí acudieron en su ayuda. “La gente se acercó rápidamente. Una mujer le echó un poco de agua en la cara y parece que la niña reaccionó, pero seguía con convulsiones”, relata Martínez. “Otras personas intentaban parar a los coches porque no pasaba ningún taxi. Cuando paró uno, me monté enseguida y le dije al conductor que, por favor, nos llevara corriendo al hospital porque la niña no reaccionaba, estaba hipotónica, no respondía y seguía convulsionando”, recuerda esta madre zaragozana.

Escoltados por la policía

En el coche iba conduciendo Juan Ferrando, un directivo zaragozano de una empresa de distribución que volvía a casa del trabajo para comer cuando “un grupo de personas me pidió que parara el vehículo. Uno de ellos se acercó a mi ventanilla y me dijo: por favor, lleva a esta madre al hospital que su niña no respira. Al mismo tiempo, abrieron la puerta de atrás y subió Beatriz con el bebé”, relata Ferrando. Sin pensarlo, Juan cambió su rumbo y se dirigió lo más rápido posible hacia el Hospital Infantil de Zaragoza.

“Beatriz estaba muy alterada, hablaba muy deprisa, con mucha dificultad y no le entendía nada. No acertó ni a darme el teléfono de su padre, al que quería llamar”, explica el conductor. “En esa situación es absolutamente comprensible, porque yo soy padre de 4 hijos y entiendo por lo que estaba pasando”, asegura.

La sensación de angustia en esos momentos es indescriptible”, añade Beatriz. “Es horroroso porque ves que tu niña está en tus brazos y no reacciona. Cualquier madre o padre me entenderán”, asevera.

Cuando el coche llegaba, desde paseo de María Agustín, a la altura de la Puerta del Carmen “había una pareja de motoristas de la Policía Local. Juan les contó lo que pasaba y nos fueron abriendo paso con las sirenas y parando el tráfico para que pudiésemos llegar lo antes posible. Desde aquí les doy también las gracias a ellos y a todas las personas anónimas que me ayudaron en la calle”, dice Beatriz. 

“Gracias a la policía, llegamos al hospital en un tiempo récord, en unos 4 minutos nos plantamos allí, aunque a mí se me hizo eterno”, asegura la madre de Ixeia. “Cortaron el tráfico para que pudiésemos pasar los semáforos en rojo y entre eso, las sirenas y las luces, llegamos muy rápido”, corrobora Juan.

El reencuentro, gracias a un mensaje en Facebook

Cuando llegamos a urgencias, Beatriz abrió la puerta y salió disparada. Yo quité el coche de la puerta y la policía me dijo que me podía ir porque ya la estaban atendiendo. Pero no me fui tranquilo”, asegura el conductor. Así que, al llegar a casa, decidió dejar un mensaje en un grupo de sucesos de Zaragoza en Facebook contando lo que le había pasado y pidiendo información para poder contactar con la familia e interesarse por el estado de la pequeña.

Mensaje de Juan Ferrando en Facebook, pidiendo información para contactar con Beatriz Martínez.
Mensaje de Juan Ferrando en Facebook, pidiendo información para contactar con Beatriz Martínez.
FB

Mientras tanto, en el hospital, Ixeia estaba siendo atendida. “Metieron a la niña en un box y cuando consiguieron estabilizarla, rompió a llorar. Para mí fue como si fuera el primer llanto, nada más nacer, y me quedé más tranquila”, asegura Beatriz. “Estuvo toda la noche en observación y al día siguiente volvimos a casa. Fue entonces cuando nos llegó un mensaje que la gente había compartido”, dice esta zaragozana. “Era un mensaje de Juan en Facebook, donde se interesaba por la niña, y enseguida nos pusimos en contacto con él. Queríamos tranquilizarle y agradecerle lo que había hecho”, explica esta madre.

Beatriz y su marido contestaron a Juan y este viernes se reencontraban, junto con la niña. “Gracias a las redes sociales nos hemos encontrado. El mensaje se ha compartido muchísimo”, dice Juan Ferrando. “Hemos quedado para tomar un café y agradecerle en persona lo que hizo por nosotras. Le estaremos eternamente agradecidos”, confiesa Beatriz Martínez.

“Ha sido muy bonito porque con las prisas no nos habíamos puesto ni cara. Nos hemos conocido y hemos podido hablar con tranquilidad. También he conocido a la pequeña y estoy encantado”, asegura el directivo.

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