tribunales

Admite que propuso a una menor ser su "esclavo sexual" y alega que no sabía su edad

La familia de la joven lo denunció por coacciones y pide una orden de alejamiento

El detenido fue trasladado a primera hora de ayer al juzgado de guardia de Zaragoza.
El juicio se celebró este viernes en la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.
Guillermo Mestre

Un hombre fue juzgado este viernes por un delito de coacciones leves que presuntamente cometió al proponer por escrito a una chica de 15 años ser su "esclavo sexual" y facilitarle su número de teléfono para que lo llamara. El acusado, César Z. S., admitió que la nota que le puso a la chica en la silla en la que estaba sentada la había escrito él, pero a la vez alegó que ignoraba que fuera menor de edad.

Los hechos ocurrieron el pasado junio en la terraza de un bar en el que la adolescente estaba con familiares y amigos. César Z. S. se acercó a la mesa para saludar a una persona que conocía y, al tiempo que le ponía la mano en un hombro de manera amigable, acercaba la otra a la espalda de la chica y dejaba caer por el respaldo de la silla una nota.

El escrito, como leyó la juez, decía: "Me encantaría ser tu esclavo sexual y sería un honor y estaría encantado de experimentar tu sabiduría". La chica descubrió el escrito cuando se levantó y, como declaró este viernes, le dio "miedo" y "rabia". "Cuando acercó su mano por detrás me tocó la espalda y el cuello y me sentí muy incómoda. Pero no dije nada. Luego, cuando me levanté para ir al baño, vi la nota y entonces sí que lo conté", manifestó.

Su madre, en su nombre, presentó una denuncia contra el acusado por coacciones y su abogado, Eduardo Ariño, pidió una condena de dos meses de trabajos comunitarios y una medida de alejamiento de 100 metros de la chica.  

"Le escribí pero no la toqué y le puse la nota entre la camiseta y la silla. Ella no se quejó ni dijo nada", manifestó por su parte el acusado. Al preguntarle qué pretendía conseguir respondió: "Conocerla. No sabía que era menor", reiteró.  Mientras, la abogada defensora, Noemí González, solicitó la absolución de su cliente alegando que pensó que era mayor de edad e introdujo el papel como quien echa una carta al buzón. "Puede ser inapropiado o de mal gusto, pero no es delito", manifestó la letrada.  

La magistrada María José Bello preguntó al acusado si se conformaba con una condena de dos meses de trabajos en beneficio de la comunidad y la orden de alejamiento y César Z. respondió que no. 

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