Así es esto. El sábado salimos de la plaza toreando al son de Fran Fernando, y este domingo adormecidos por el escaso contenido de la tarde de Hoyo de la Gitana. Las novilladas estaban señaladas como uno de los principales alicientes de la Feria del Pilar, y las celebradas este fin de semana, en el preámbulo de lo que vendrá a partir del próximo sábado, transcurrieron con emociones enfrentadas.

La final de las escuelas taurinas impactó. Probablemente, vimos la faena de lo que resta de ciclo. Lo de Fran Fernando fue un alboroto. La tarde en sí fue un alboroto. Nada como ver la plaza entregada a tres chavales; al futuro de una fiesta que en Aragón está más viva que nunca.

La respuesta del público en ese festejo superó las expectativas. Que unos novilleros que ni cumplen la mayoría de edad lleven a más de 2.000 personas a La Misericordia es la mejor noticia. La gente quiere frescura, novedad, más tardes como la del sábado.

Ese pellizco de Fernando; esas maneras de Aarón; ese hambre de Boné… el buen trabajo que se viene haciendo en las escuelas tuvo su recompensa. Y también hay que reconocerle a la DPZ la iniciativa de incluir un festejo así en la feria, o preferia, porque el Pilar de verdad comenzará el sábado 8 y se extenderá de forma ininterrumpida hasta el domingo 16.

Nueve festejos por delante, con la tarde de Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Diego Urdiales como predilecta entre los aficionados, y otras, como la propia novillada del sábado 8, que vendrán mucho más pobres de entrada.

Como reconoce la empresa, han fallado más figuras de las que deberían. No estarán Roca Rey, el Juli, Manzanares, Daniel Luque o Pablo Aguado. Tampoco Emilio de Justo, Paco Ureña, Juan Ortega o Tomás Rufo. Habrá que buscar los alicientes en tardes como la de Los Maños (12 de octubre, con David Galván, Juan Leal y José Garrido en el cartel que vuelve a anunciar la corrida de la prensa después de cinco años de ausencia) o la del 15 de octubre, con Ginés Marín y Ángel Téllez acompañados de Cayetano.