Moros recupera su romería a la Virgen de la Vega tras la pandemia y el incendio

Más de 150 vecinos, jóvenes y mayores, acudieron al santuario que quedó rodeado por el fuego sin sufrir daños en su estructura.

Al igual que en algunos parajes del incendio que ha arrasado casi 14.000 hectáreas de varias localidades de la Comunidad de Calatayud la vegetación empieza a rechitar –rebrotar-, entre la tristeza y la desolación de los vecinos de Moros que vieron arrasado el 90% de su término municipal surgen y salen adelante las ganas de seguir adelante. Como muestra de ello, este viernes arrancaron las Fiestas de la Virgen de la Vega y del Rosario y esta mañana, a primera hora, tras dos años de pandemia y el paso del fuego, sus vecinos han recuperado la romería, en la que procesionan desde su iglesia hasta la ermita de la Virgen de la Vega con ambas imágenes.

Para ello han recorrido los casi dos kilómetros de camino asfaltado paralelo al río Manubles que separan el santuario del casco urbano de la localidad. El mismo itinerario de siempre pero donde nada es igual: los frutales calcinados, el olor a quemado, las cenizas y los pinares desarmados sirven de testigos de lo que sucedió hace poco más de dos semanas. "Fue el terror, ver las llamas por los cuatro costados del pueblo. Cuando cerré la puerta de casa lo hice con la sensación de que no la volvería a ver en pie", recuerda Mercedes, vecina de la localidad.

"Es muy duro y no olvidamos lo que ha pasado, pero esto es algo que se debe mantener. Sobre todo después de la pandemia y de lo que hemos vivido. Es una muestra de que vamos a tirar para adelante, de que los moriscos no nos rendimos", argumenta esta mujer que estuvo alojada en Ateca. A su lado, Mercedes, asumía que su empresa "cerró el mismo día, pero me ha afectado más esto que nada". De igual forma, Juan Morte, teniente de alcalde del Ayuntamiento, asume que "recuperar las fiestas tendría que haber sido lo normal, pero miras alrededor y se ve que no son igual".

Sin embargo, Morte asume que "habrá quien no tenga ganas, pero creo que era obligatorio hacerlas, sobre todo por la gente mayor". "Se pegan cada lloradera… Creo que necesitan desconectar un poco, tener otra ocupación y también ver que no se ha acabado. Vamos a seguir, vamos a rehacer todo para que esté igual o mejor que antes", anticipa este integrante del Consistorio. Mientras, en los soportales de la ermita y en la zona ajardinada, se preparan y reparten bocadillos para quienes han madrugado o quienes batallan por acabar la primera noche de fiestas.

Mabel y Gemma Casado, integrantes de la Asociación La Noguera, reconocían que "por el camino da mucha pena, al ver todo quemado". "Hubo debate de si había fiestas o no y se decidió, por decirlo así, que cada uno llevase la procesión por dentro. No podemos quedarnos encerrados en casa, tenemos que salir, sacar las emociones y encontrarnos", defendían. A través de la plataforma digital Gofundme ya han recaudado más de 4.000 euros y eso les da esperanza: "Hay mucha gente voluntaria, con ganas de colaborar y un sentimiento de unión".

El propio edificio de la ermita lleva siendo restaurado desde hace años por la asociación del mismo nombre, a través de recoger fondos, por ejemplo, a través de la lotería. "Este año todo irá para arreglos del incendio", indicaban. Arcadio Sebastián, de 70 años, reconocía que escuchar las noticias sobre el avance del fuego fue "muy duro". Junto a él, el párroco Iván Rodas, apuntaba que "es muy duro, porque conozco a la gente y sabes lo que han sufrido" y reconocía que "la romería es una muestra de gratitud".

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