Buscan a los dos rateros que atacaron salvajemente a una joven de 24 años para robar en su bar en Torrero

Los delincuentes entraron cuando la camarera estaba cerrando y se ensañaron con ella hasta dejarla inconsciente para luego sustraer el dinero de las tragaperras.

Imagen de la brutal paliza a la camarera de un bar del barrio La Paz de Zaragoza.
Imagen de la brutal paliza a la camarera de un bar del barrio La Paz de Zaragoza.

La Policía busca a dos delincuentes que en la noche del viernes agredieron de manera brutal y con saña a una joven de 24 años, vecina del barrio de Torrero, para robar el dinero de las máquinas tragaperras del local que regentan sus padres y en el que ella trabaja. La chica continúa ingresada en el Hospital Miguel Servet con fracturas en la cara y múltiples contusiones, producto de los puñetazos y patadas que recibió por todo el cuerpo y especialmente en la cabeza y en el rostro. Afortunadamente, su evolución está siendo buena y está en planta.

La salvaje agresión se produjo en torno a las 23.30 en el bar Casa Amado de la calle Gabriel Gombao, muy cerca de Lasierra Purroy. La joven, L. L., se disponía a cerrar el establecimiento y salía con un gancho para bajar la persiana cuando dos varones, encapuchados, la cara tapada con mascarillas y con guantes negros, entraron de manera sorpresiva en el bar y, sin mediar palabra, la emprendieron a golpes con la trabajadora.

El bar Casa Amado, en la calle Gabriel Gombao, permanecía cerrado en la mañana de este martes 12 de abril.
El bar Casa Amado, en la calle Gabriel Gombao, permanecía cerrado en la mañana de este martes 12 de abril.
HA

Pillados por las cámaras

Las cámaras de seguridad del bar grabaron toda la escena y en el vídeo (reproducido en heraldo.es) se observa que no llegan a cruzar palabra con ella, ni a pedirle el dinero o que se estuviera quieta. Directamente la golpean con inusitada violencia, la tiran al suelo e, indefensa, le pegan toda suerte de patadas y puñetazos. Incluso cuando está ya inconsciente, le siguen dando patadas en la cabeza y la cara.

Los delincuentes se dedicaron seguidamente a reventar las máquinas tragaperras y a rebuscar en lugares donde pensaban que podía haber dinero. Uno de ellos corrió las cortinas del ventanal del bar para evitar ser visto desde el exterior. Ese cristal fue luego analizado por la Policía en busca de huellas.

El Grupo de Homicidios se ha hecho cargo de la investigación, pues tal y como actuaron estos dos individuos se constata que no les importaba matar para robar y que si la joven no está muerta, dada la brutalidad y fuerza empleada, no es por su voluntad.

Mientras L. L. era atacada, sus padres, de origen chino, permanecían en el piso superior, donde tiene el domicilio la familia, ajenos a todo lo que le estaban haciendo a su hija. Cuando poco después la madre bajó al echar en falta a la joven, la descubrió inconsciente y malherida en el suelo. Rápidamente llamó a un ambulancia, que la trasladó al hospital.

La Policía, por su parte, está analizando minuciosamente las imágenes de las cámaras de seguridad para identificar a los violentos rateros y dar con su paradero. Al bar entraron dos individuos, pero es probable que hubiera un tercero fuera vigilando. Además, durante el asalto se ve a uno de ellos hablando por teléfono.

"Para robar no es necesaria tanta violencia", coincidían este martes los vecinos. La mayoría no se enteró del atraco, puesto que ocurrió dentro del bar y de noche, pero sí conocen a los padres y a su hija de verlos en el bar. "Es una chica muy maja, trabajadora. Estas cosas no se entienden", decían.

"Es una pena que vuelva la intranquilidad por aquí; ahora ha sido lo de la paliza y el robo, pero en estas calles se están dando muchos asaltos a vecinos mayores, parece que son el nuevo objetivo, aunque no todos hayan sido violentos... pero el susto no se lo quita nadie al que le pasa", manifestaban. En los establecimientos del barrio la palabra "inseguridad" era la más empleada, por la sensación del incremento de robos, además de las de "brutalidad" y "violencia gratuita". El bar permanece cerrado desde que ocurrieron los hechos mientras los investigadores tratan de identificar y detener a los asaltantes.

Los agresores entraron a robar cuando la golpearon

Segunda agresión en la misma zona a inmigrantes chinos

La Audiencia de Zaragoza juzgó hace escasamente un mes al vecino de Torrero José Fernández Giménez, de 35 años, por el homicidio en grado de tentativa del ciudadano chino J. Z. El acusado, de forma totalmente gratuita, atacó al inmigrante por la espalda cuando estaba tomando una cerveza apoyado en una mesa alta de la terraza de un bar. Sin mediar palabra, le lanzó una patada tipo karateka a la altura del cuello, que le hizo caer al suelo y golpearse la cabeza. J. Z. fue ingresado en la uci en estado muy grave y estuvo hospitalizado 104 días. El acusado admitió ser el autor del homicidio frustrado y aceptó una condena de 4 años de cárcel. La agresión se produjo en el exterior del bar Las Tejas, en la calle de Lasierra Purroy, a apenas 200 metros de la calle Gabriel Gombao, en cuya entrada está el bar Casa Amado.

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