semana santa | incienso, luego existo

Siete lugares de Zaragoza para no perder detalle de las procesiones del Martes Santo

Si el tiempo lo permite, este Martes Santo procesionarán siete cofradías por las calles de la capital aragonesa. 

La Piedad
La Piedad, en una procesión del Martes Santo.
Guillermo Mestre

La opción fácil del Martes Santo es ver las procesiones en Alfonso I, porque casi todas marcarán el paso por esta céntrica calle, pero este martes por la noche hay un rosario de momentos que vivir, claro, si el tiempo lo permite. Según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), el pronóstico no es muy alentador para los cofrades aragoneses. 

La Oración en el Huerto por Conde Aranda es una de las míticas estampas de la cofradía del Portillo. Una recurrente opción es situarse en la acera de los impares, para esconderse por Pignatelli hasta Madre Rafols y ver a la Verónica entre el Hospital de Gracia y Pontoneros.

Mientras tanto, la Luna suele escoltar al Cristo del Refugio en el recta final de la calle de Manifestación, en su baile sobre los hombros de la Piedad. Cuando la peana enfile a San Cayetano, una manta de incienso envolverá a la talla, esa que ya vigilará la Piedad desde la puerta.

El cierzo agitará los hábitos franciscanos de la Crucifixión sobre el río Ebro. Tras cruzar el puente de Piedra -recomendable la postal con el Pilar de fondo-, se perderán por las callejuelas de la Seo. Allí también se escucharán las estaciones del viacrucis de Jesús Despojado, que habrá salido de San Juan de los Panetes. Los cofrades de las Institución de la Sagrada Eucaristía, que está de aniversario, también procesionarán, por el entorno de la parroquia del Perpetuo Socorro. Su salida desde este templo es una de las instantáneas más buscadas por los fotógrafos amantes de la Semana Santa.

Con Lágrimas se despedirá al Martes Santo, las de la Virgen del Descendimiento, que saldrán desde el colegio de los Jesuitas y cerrarán en la iglesia de Santa Isabel de Portugal. El umbral de los portones del palacio de Sástago son privilegiadas tribunas para escuchar cómo los redobles del Descendimiento se convierten en jota. Es entonces cuando el ancho Coso se hace angosto. No obstante, algunas cofradías buscan ese llorado 'plan B' por si la lluvia impide las salidas. Mientras tanto, seguirán pendientes del cielo hasta la hora de la salida. 

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