Los fuegos artificiales y la 'cremá' cierran un día de fiesta alicantina en Zaragoza
El parque de Macanaz fue testigo de cómo el fuego consumía rápidamente el monumento que estos días ha estado expuesto en la plaza del Pilar.
Los niños esperaban impacientes. “Fuegos artificiales, fuegos artificiales”. Era el grito que repetían una y otra vez. Los 8 grados de temperatura que marcaba el termómetro del puente De Santiago de Zaragoza no fue un impedimento para cientos de zaragozanos que se acercaron a la ribera, cerca del parque de Macanaz, para ver el espectáculo de luz y y color.
Los fuegos artificiales comenzaron diez minutos más tarde de lo esperado. Los más pequeños gritaron con el primer estruendo, pero con el segundo, ya estaban saltando de alegría y pidiendo “otro, otro”. Después de diez minutos de fuegos artificiales de todos los colores del arcoíris fue el momento de la ‘cremá’ de monumento en el parquin de Macanaz.
Al ritmo que se lanzaban algunos fuegos artificiales más y soñaba la charanga, se quemaba poco a poco el monumento. No tardó ni dos minutos en convertirse en cenizas. Los bomberos de Zaragoza sofocaron el fuego inmediatamente después.
Fue el fin fiesta de una jornada con ambiente alicantino en la capital aragonesa, donde en no faltaron los petardos de la mascletá, ni los trajes típicos, que no deslucieron a pesar de la lluvia.