El Ayuntamiento de Zaragoza quiere poner coto a los establecimientos hosteleros que no respetan la normativa. Consciente de que son pocos y casi siempre los mismos, Urbanismo está estudiando un sistema que permitiría, al contrario de lo que ocurre ahora, revocar sus licencias en caso de reincidencia. Aunque la medida aún se encuentra en fase inicial y deberá acordarse con los grupos municipales, se trata de una suerte de carné por puntos que permitiría, según explica el concejal responsable del área, Víctor Serrano, ser "más eficaces" a la hora de sancionar a los negocios que sistemáticamente incumplen la ordenanza en cuanto a horarios, ruidos u otras cuestiones.

Según indica el edil, en prácticamente todos los consejos de Gerencia de Urbanismo aparecen los "cinco o seis" bares habituales, ubicados en zonas como el entorno de Eduardo Dato o en la calle de Arzobispo Apaolaza. Pese a que ya se endurecieron las sanciones, porque anteriormente ni siquiera se podía clausurar un local si no existía un riesgo para las personas, no fue suficiente. Ahora se llegan a cerrar, pero al poco tiempo muchos vuelven a abrir. "Nos supone mucho esfuerzo administrativo y luego dura cuatro días", lamenta Serrano.

Con este nuevo sistema, la diferencia está en que sería posible la retirada de las licencias. "Es interesante porque con la normativa actual muchos no podrían tener licencia, pero como se otorgó hace años la mantienen aunque cambien de dueños", explica. Ahora, se está estudiando jurídicamente qué cambios habría que hacer en la ordenanza para adoptar este método, que todavía tendría aspectos por definir.

Sobre todo, los ‘puntos’ que se perderían por cada tipo de incumplimiento o, más bien, el número de sanciones que haría falta acumular para que el Ayuntamiento ordenase la retirada de una licencia. No se valorará igual un incumplimiento en cuestiones de aforo que de ruido, por ejemplo. "Lo tendremos que consensuar con los grupos municipales, no puede ser una imposición, pero todos estamos de acuerdo en que hay que poner solución a este problema", asegura el concejal de Urbanismo. Además, apunta que "los primeros que verían bien este cambio serían los propios hosteleros".