La ayudas a la hostelería y los fondos europeos agravan el enfrentamiento entre PP-Cs y PSOE

El alcalde ataca "el sectarismo y el partidismo" de los socialistas en la distribución de recursos de la UEl La DGA acusa a Azcón "de estar impostando un papel para confrontar".

Imagen de los momentos previos al pleno de ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza.
Imagen de los momentos previos al pleno de ayer en el Ayuntamiento de Zaragoza.
M. G. García / Ayto.

El gobierno PP-Cs y el PSOE evidenciaron ayer la brecha que les separa, con el trasfondo de las tensiones instituciones que están atravesando las relaciones entre el Ayuntamiento y la DGA desde hace semanas. Las ayudas a la hostelería o el reparto de los fondos europeos suscitaron momentos de gran enfrentamiento entre el bipartito y la oposición en el último pleno del año, a la espera de un 2022 que estará marcado por los prolegómenos electorales.

Hubo bronca nada más empezar la sesión por las medidas restrictivas que se aplicaron. Aunque contaban con el aval del servicio de Prevención y Salud del Consistorio, la oposición consideró que eran una limitación al derecho de participación de los grupos y colectivos ciudadanos. Pero ese rifirrafe era un síntoma más del profundo enfrentamiento entre el bipartito PP-Cs y el PSOE, que se ha avivado desde que se confirmó que Azcón iba a ser presidente del PP-Aragón. Ni siquiera el acuerdo financiero entre las dos instituciones en el consejo bilateral de capitalidad del 29 de noviembre, del que ayer dio cuenta el alcalde, ha calmado las relaciones institucionales.

El alcalde destacó que ese pacto supone una "relativa mejora" y expresó su desacuerdo con la ley de financiación local, en trámite en las Cortes de Aragón, que reserva 8 millones anuales para Zaragoza en concepto de capitalidad. La portavoz socialista, Lola Ranera, le espetó que parecía "el doctor Jekyll y míster Hyde" por "criticar" aquel acuerdo, acusación que el alcalde negó. "A usted no le interesan los zaragozanos, sino lo que le manda Madrid. Es el alcalde de la confrontación y la bronca", afirmó Ranera, que rechazó los reparos municipales al plan autonómico de ayudas a la hostelería y cuestionó la calidad de los proyectos presentados a las convocatorias de fondos europeos, como los de turismo, de los que Zaragoza ha quedado fuera.

Azcón achacó la exclusión de la capital "al partidismo, manipulación y sectarismo del PSOE de toda la vida". La vicealcaldesa y portavoz de Cs, Sara Fernández, subrayó que la DGA "ningunea" a la capital. Es más, el alcalde recordó que a Vigo, ciudad gobernada por el socialista Abel Caballero, "se le largan dos millones directos porque son amiguetes de la peor calaña". "El PSOE tiene un problema de calidad de oposición. Trabajen más. Y no haga que el señor Lambán haga el trabajo que no saben hacer en el Ayuntamiento", le espetó Azcón a Ranera. Esta le replicó diciéndole estar "harta de su paternalismo". "Tiene una actitud autoritaria, soberbia y machista", dijo.

Con estos mimbres llegó el debate de una moción presentada por el bipartito para rechazar restricciones a la hostelería, que vino precedida por una petición de los colectivos hosteleros de ayuda ante una situación límite. La concejal de Economía, Carmen Herrarte, aprovechó la iniciativa para hablar del "total y absoluto desastre" en la gestión de las ayudas autonómicas. "Es un escándalo", afirmó. Los puntos de la propuesta salieron aprobados con el apoyo de PP, Cs y las abstenciones o votos a favor de Vox y el concejal no adscrito Ignacio Magaña.

Declaraciones "indignas"

En este contexto crispado terció también el Gobierno de Aragón. Por un lado, la consejera de Presidencia, Mayte Pérez, se refirió a un tuit publicado por el alcalde el martes en el que aludía al "silencio cómplice" del PSOE Aragón ante los homenajes de Bildu al etarra ‘Mikel Antza’. Según las consejera, estas declaraciones "son absolutamente indignas" y se enmarcan en una estrategia del alcalde de "impostar constantemente en una posición o un papel para confrontar".

Pero también se refirió a la cuestión del plan de ayudas de la hostelería, al que el Ayuntamiento no se quiere adherir porque rechaza financiar con dinero municipal empresas que no desarrollan su actividad en Zaragoza. Acusó al alcalde de poner "excusas de mal pagador" y contrapuso su actitud con el resto de municipios de Aragón. "Al Ayuntamiento de Zaragoza le importa bien poco lo que pase con los hosteleros de la ciudad", dijo Pérez.

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