riada del ebro

"Hay una marca ahí del agua en 2003 que no creo que se llegue, pero cerquica irá"

Expectación máxima este sábado en el Paseo de la Ribera y el Puente de Piedra ante la subida del Ebro 

Expectación en Zaragoza ante la crecida extraordinaria del Ebro
Expectación en Zaragoza ante la crecida extraordinaria del Ebro
FRANCISCO JIMENEZ

El área del Puente de Piedra lucía concurrida durante la mañana de este sábado, una imagen habitual que en esta jornada presentaba cierto detalle diferente: más caras mirando al agua en vez de a la Basílica del Pilar. En el área del pozo de San Lázaro, Máximo Laguna hablaba de la crecida de 2015 como una de las más fuertes que recuerda en época reciente. “De los años que más, no llegamos hoy a aquello, aunque dicen que mañana la cosa puede ser más seria, la punta de la crecida que le llaman. En 2003 también hubo una muy alta”.

Máximo, que es de Monegrillo, explicaba además el respeto que le da siempre el pozo. “Aquella desgracia del autobús que cayó al río en los 70 la viví en primera fila, por desgracia. Yo era taxista y tenía el garaje ahí mismo -señala a la calle Sixto Celorrio- y llegaba a la una y media de la madrugada, con el autobús recién caído y los bomberos y gente subida gritando para que les salvaran, los pobres, con una niebla tremenda”.

Su amigo José Antonio Morales, de Almonacid de la Sierra, cuenta que vendrán mañana domingo para ver cómo marcha el nivel del agua. “Hay una marca ahí de 2003 que no creo que se llegue esta vez, pero cerquica irá”. Joaquín Marco, antiguo minero y natural de Utrillas, cree que “el agua es buena, pero sin pasarse. Otros años ha sido más fuerte, eso sí, hasta metro y pico más”.

El Plan de Emergencia Municipal, activado con motivo de la crecida del río Ebro, ha pasado a fase de alerta

En el Paseo de la Ribera, a la altura de Macanaz, los comentarios agoreros se alternaban con el sano deporte de quitar hierro al asunto. “Tú tranquila, que hasta que no cojamos agua con pozales no hay que alarmarse”, comentaba un vecino a su esposa mientras la paseaba en silla de ruedas”. María y Manuel tenían entretenimiento extra; mientras hacían fotos aguas abajo desde el Puente de Piedra se les posaron a la vera dos cuervos negrísimos, una doble materialización del poema de Edgar Allan Poe a muchos kilómetros de Boston. “Hemos venido a ver el Pilar, pero hoy es lógico fijarse en el nivel del agua; somos de La Rioja, de Logroño concretamente, así que no nos extraña ver así al Ebro. Alberto Torres, junto al Club Natación Helios, estaba impresionado por el color del agua. “Siempre que baja así, con barro, es que ha llevado mucha fuerza desde arriba”.

En mitad del Puente de Piedra, dos turistas comentaban asombrados el cambio que había dado el nivel del agua desde su anterior visita, registrada a finales de septiembre. Charlotte y Marcelo, brasileños residentes en Barcelona, marcaban no obstante la excepción de la jornada, mostrando su fascinación por el perfil de la Basílica del Pilar. “Sí, hay mucha agua, pero es difícil no mirar al Pilar. Además, como ya conocemos la ciudad de la otra vez, nos iremos rápidamente a las calles del casco viejo y al Tubo, la comida aquí es impresionante”.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión