La feria de Navidad y el turismo llenan las calles de Zaragoza durante el puente y animan las ventas pese al frío
La apertura de comercios en domingo y la nueva iluminación atrae a miles de vecinos y visitantes. El belén, la casa de Papá Noel y las carrozas reales, lo más reclamado en la plaza del Pilar.
Las calles de Zaragoza se llenaron ayer de selfis, bolsas de compras y algún que otro chocolate con churros bien caliente para tratar de combatir las bajas temperaturas que retaron a todos aquellos que se lanzaron a aprovechar la apertura de comercios en festivo. El tiempo desapacible hizo que muchos se refugiaran en los grandes centros comerciales, pero la animación en el centro estuvo asegurada gracias a la programación navideña y a la nueva iluminación estrenada este fin de semana. También, como es habitual en este puente de diciembre, a la llegada de turistas, la mayoría procedentes de otras provincias del país.
«Venimos de Cuenca a pasar tres días. Unos amigos de aquí nos habían hablado muy bien de todo lo que monta Zaragoza por la Navidad, y la verdad es que es una pasada», comentaba Lucía Martínez en la plaza del Pilar, acompañada de su familia, incluidos su hijos, Javier y Roberto, dos pequeños de 5 y 7 años respectivamente que se mostraban encantados con la programación infantil. «Hemos echado la carta a Papá Noel y a los Reyes», declaraba emocionado el mayor de ellos.
La llegada de turistas es vital estos días para los comercios del centro. «Ha venido mucha gente de fuera, sobre todo de Cataluña, Madrid y Portugal, también un grupo de Nicaragua», señalaba Gladis Carrillo tras el mostrador de la tienda Regalos y Complementos del pasaje del Ciclón. Eso sí, advertía que «aunque estos días se animan las ventas con el puente y la Navidad, en general se está notando la crisis».
Un festivo desigual
«Llevamos meses notando mucho turismo de interior, pero este puente aún más, y eso que ha salido muy mal tiempo», relataba Irene Grimal, encargada de la tienda Pampling de la calle de Don Jaime I. En su caso, el establecimiento abre todos los domingos, pero reconocía que «la iluminación y el puente anima las calles».
En cambio, para el presidente de la Federación de Empresarios de Comercio y Servicios de Zaragoza y Provincia (ECOS), Antonio Tornos, «con el Black Friday la gente anticipa mucho las compras y cada vez tiene menos sentido abrir los domingos de diciembre». Asu juicio, estas jornadas favorecen más a los grandes centros comerciales que a los pequeños establecimientos. «Muchos de la zona centro tienen que abrir para competir, y esa pobre gente no tiene vacaciones en todo el mes», lamentaba.
Sin tráfico
A partir de las 18.00, compradores y paseantes se hicieron dueños de las calzadas de las principales avenidas del centro. El Ayuntamiento ha peatonalizado estos días el paseo de la Independencia y la calle de Don Jaime I, así como el puente de Piedra para favorecer la fluidez en las zonas más concurridas y evitar aglomeraciones. No en vano, el alcalde la ciudad, Jorge Azcón, pidió el sábado a los zaragozanos y visitantes vivir las fiestas con «prudencia» ante la actual escalada de contagios de coronavirus.
La plaza del Pilar, en cualquier caso, volvió a ser el epicentro de la Navidad zaragozana, con miles de personas, sobre todo niños, en busca de la casa de Papá Noel o de las carrozas de los Reyes Magos, la gran novedad de este año. También se registraban filas a las puertas del belén gigante, que ya no requiere de cita previa. Mientras, el mercadillo artesanal calienta motores. «De momento hay más gente de paseo que comprando, pero esto no ha hecho más que empezar», comentaba optimista Sergio Aguilar en uno de los puestos.
