zaragoza

Los forenses descartan el brote psicótico, pero creen que el padre que degolló a su hija era "una bomba de relojería"

La Fiscalía aprecia la eximente incompleta de trastorno mental y solicita finalmente para el acusado, que confesó este lunes el crimen, una condena de 18 años de prisión. El jurado emitirá previsiblemente su veredicto mañana.

El acusado, junto al traductor, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, junto al traductor, durante la primera sesión del juicio en la Audiencia de Zaragoza.
Oliver Duch

El nigeriano Nossa Churchill Osarenmwida podría haberse visto superado por un problema psicológico o situación de estrés cuando degolló a su hija de 3 años y la remató de una cuchillada en el corazón el 14 de septiembre de 2020 en el barrio zaragozano de Las Delicias. Sin embargo, los forenses no creen que cuando acabó con la vida de la pequeña Iwisona estuviera en pleno brote psicótico. “Sabía lo que hacía y pudo evitarlo”, han dicho este martes los especialistas del Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) durante el juicio con jurado que se celebra en la Audiencia de Zaragoza.

La defensa alega que se trata de un esquizofrénico, pero a los forenses no les consta que el acusado haya sido diagnosticado como tal. En cualquier caso, durante su intervención, han llegado a definir al infanticida como “una bomba de relojería”, refiriéndose a los múltiples factores estresantes que soportaba: ideaciones divinas de que matando a su hija la vida le iría mejor; problemas laborales y económicos; sospechas infundadas de que su mujer le era infiel; consumo de drogas… Por todo ello, los médicos llegan a la conclusión de que si bien no tenía todas la facultades anuladas cuando cortó el cuello a la niña y la remató de una cuchillada en el corazón, si las tenía afectadas “en un grado medio”.

El magistrado presidente del jurado, José Ruiz Ramo, había previsto que la vista durase toda la semana, pero la confesión del crimen por parte de Nossa Churchill la ha reducido a solo dos días. De hecho, tras escuchar el testimonio de la madre de la fallecida y los de los policías que acudieron a auxiliarla a la calle de Domingo Ram de Zaragoza, las partes han presentado sus conclusiones definitivas.

La Fiscalía anunció este lunes que, dada la naturaleza de los hechos y la edad de la niña, pediría prisión permanente para el acusado. Sin embargo, el concierto de voluntades con la defensa que se apreció durante la primera sesión del juicio -el padre de la menor confesó los hechos y su abogada, Carmen Sánchez Herrero, no formuló ni una sola pregunta- se ha materializado hoy. Así, la pena que ha propuesto finalmente el Ministerio Público han sido 18 años de prisión por asesinato, con la agravante de parentesco y la eximente incompleta de trastorno mental. La defensa aceptaría la condena, con la condición de que su cliente cumpla el castigo en el centro de internamiento psiquiátrico de Foncalent (Alicante), tal como han aconsejado también los forenses.

El juicio concluirá este martes con los informes de las partes y la última palabra del procesado. Y todo apunta a que el magistrado citará mañana al tribunal para entregarle el objeto del veredicto y que, tras su deliberación, se pronuncie.

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