zaragoza
Juzgan a una banda de traficantes que se hicieron pasar por agentes de la UCO en Zaragoza
Los seis acusados, que se enfrentan a penas que suman 157 años de cárcel, asaltaron una vivienda de Vía Hispanidad para robar cocaína.
Una investigación policial que se inició en 2019 en Zaragoza sentó este lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial a seis presuntos miembros una organización internacional que se convirtió en el azote de las principales bandas de traficantes de droga de España, ya que se dedicaba a robarles la mercancía ‘fresca’. En alguna ocasión, apenas unas horas después de que llegara de Sudamérica.
Para ejecutar los ‘vuelcos’, como se conoce en el argot policial a este tipo de golpes, los acusados –para los que se piden 157 años de cárcel– se hacían pasar por agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Benemérita. De hecho, entraban al asalto en los domicilios al grito de «¡Guardia Civil!», pistola en mano y exhibiendo placas falsas que los identificaban como supuestos agentes de la autoridad.
Son cinco asaltos los que se atribuyen a esta organización criminal liderada por un venezolano y en la que estarían también integrados tres españoles, dos dominicanos y un ucraniano. Los siete fueron enviados a prisión tras su arresto, pero todos lograron después la libertad abonando fianzas de hasta 30.000 euros. Ello sirvió a uno de los investigados para darse a la fuga, de ahí que ayer no se sentara en el banquillo y haya sido declarado en rebeldía.
Solo el primero de los ‘vuelcos’ por los que se juzga esta semana a la banda se perpetró en Zaragoza, ya que el resto se cometieron en Madrid y Málaga. De los tres presuntos cabecillas, Ramón R. L., Serhi O. y Johan H.R., solo este último quiso declarar ayer ante el tribunal. «Ni participé en lo de Zaragoza ni en ningún otro asalto. Nunca he estado en esos sitios», dijo.
Según los investigadores, el asalto de la capital aragonesa se produjo el 15 de febrero de 2019 en una vivienda de Vía Hispanidad tras un «chivatazo» en prisión. Sin embargo, el recluso de Zuera al que se atribuye dicha filtración lo negó todo. «Yo coincidí en la cárcel con Wifredo –la persona a la que robaron–, teníamos buena relación y montamos un negocio de gallos de pelea. Pero yo no di ninguna información a ninguna banda», aseguró.
