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La Guardia Civil no ve responsabilidad penal en el accidente mortal en la piscina de Luna

El conductor del camión de cloro, que resultó afectado por la nube tóxica, sigue hospitalizado en el Servet 15 días después del suceso. El recinto también continúa cerrado al público.

Accidente mortal en las piscinas de Luna
Accidente mortal en las piscinas de Luna
Francisco Jiménez

El accidente ocurrido el pasado 21 de julio en las piscinas de Luna, donde una nube tóxica de cloro causó la muerte a un empleado municipal y obligó a pasar por el hospital a otras cuatro personas, no tendrá, a priori, consecuencias penales. Según fuentes de la Guardia Civil, las pesquisas practicadas hasta la fecha no han arrojado indicios de delito, por lo que nadie ha sido llamado a declarar en calidad de investigado. De hecho, la Comandancia de Zaragoza asegura que el caso se trata ya como un desgraciado accidente laboral.

Pero la muerte de Jesús C. S., de 58 años, supuso la apertura de una segunda investigación por parte de la Inspección de Trabajo de la Seguridad Social (ITSS), que, en un informe preliminar al que tuvo acceso HERALDO, confirmaba que el suceso fue consecuencia de «una mezcla accidental de dos productos químicos con la subsiguiente reacción química».

Los inspectores se desplazaron el mismo día del siniestro al recinto de las piscinas y constataron que a la hora de descargar el hipoclorito sódico, el operario conectó por error la manguera al      depósito del ácido clorhídrico. Las consecuencias fueron letales, ya que en cuestión de segundos se produjo una nube tóxica abrasiva. El empleado municipal, que era la persona más próxima a la caseta de mantenimiento, respiró    la mezcla de ambos químicos y lo pagó con su vida.

«Las bocas de llenado de ambos depósitos son idénticas y permiten la conexión indistinta de la manguera en una y otra»

Lo que ahora trata de dilucidar la ITSS es si las instalaciones se encontraban en buenas condiciones, así como si el operario había recibido formación para el tratamiento de productos peligrosos y contaba con los equipos de protección reglamentarios. Como informó este periódico, en su primer informe, los técnicos detectaron una primera anomalía: «Las bocas de llenado de ambos depósitos son idénticas y permiten la conexión indistinta de la manguera en una y otra», decían. Y lo que parece más grave, los carteles que deberían identificar y distinguir cada tanque para evitar accidentes eran «completamente ilegibles».

Bocas con diferente diámetro

Según fuentes próximas a la investigación, en la mayoría de las grandes piscinas municipales o privadas la descarga de los productos químicos se lleva a cabo mediante un camión cisterna. En cualquier caso, «como medida preventiva implantada en las depuradoras, los racores de conexión de las mangueras son de diferente diámetro con objeto de evitar confusiones a la hora de realizar la descarga de un producto en la embocadura de otro». Pero no ocurría esto en Luna, lo que dio lugar al accidente.

El alcalde del municipio, Luis Miguel Casajús, explicaba este martes en Radio Cinco Villas que, dos semanas después del accidente, las piscinas siguen cerradas al público. «Hay que revisar todo: los depósitos de cloro y todo lo demás. Confiamos en poder abrir pronto, pero tendrán que pasar antes los técnicos», apuntaba. El regidor agradecía también las muestras de solidaridad recibidas estos días por parte de los pueblos vecinos. Entre ellos Erla, que permite acceder a su piscina de forma gratuita a los menores de 15 años de Luna que cuentan con abono en este municipio.

La única víctima del suceso que sigue hospitalizada es el conductor del camión que transportaba el cloro. El hombre también estuvo bastante expuesto a la nube tóxica, por lo que sufre lesiones internas de las que todavía está siendo tratado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.

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