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La pareja de María de Huerva a la que un olvido ha dejado sin casa busca apoyos en Change.org

El matrimonio no inscribió la finca en el registro de la propiedad, quedando a nombre del promotor de la urbanización. Y el banco ha aprovechado el despiste para embargarla.

José Manuel y Maribel, delante del adosado que están a punto de perder.
Toni Galán

No les debemos nada. Ni somos clientes ni somos avalistas. Pero ustedes nos arrebatan nuestra casa». Con estas palabras encabezaban José Manuel Cadena y Maribel Serrano la carta que el pasado mes remitieron al Banco Santander en un intento desesperado por frenar el embargo de un adosado que era suyo y sobre el que no pesaba ninguna deuda ni hipoteca.

El matrimonio tenía una terreno en María de Huerva y se lo vendió a un promotor a cambio de una de las nueve viviendas que iba a construir. Cuando concluyeron las obras, acudieron al notario a hacer la escritura y pagaron más de 30.000 euros en impuestos. Sin embargo, al no tener que solicitar financiación, pasaron por alto la inscripción de la finca en el registro de la propiedad. Y aquel olvido ha hecho que ahora estén a punto de perder su vivienda.

Para evitarlo, la pareja ha iniciado una campaña de apoyo a través de varias redes sociales. Por un lado, por medio de la plataforma ‘change.org’, en la que los interesados pueden solidarizarse estampando su firma. Hasta ayer, más de 700 personas los habían hecho. Pero el matrimonio está difundiendo también un vídeo explicando su problema a través de Youtube. Todo ello con el mismo fin: paralizar un embargo que no era contra ellos. 

Pero, ¿cómo ha podido terminar embargada y subastada su casa si no debían nada al banco? La explicación es sencilla, la sociedad promotora de las viviendas, Alvamar 2008 SL, sí contrajo una importante deuda con la entidad financiera. Y como el adosado de José Manuel y Maribel, ubicado en la calle de Italia de María de Huerva, seguía constando inscrito a nombre de la inmobiliaria, el Santander instó su embargo.

La pareja supo en mayo que el promotor de las viviendas estuvo siempre al corriente de lo que se estaba fraguando, puesto que le notificaron el inicio del procedimiento de embargo y se calló que él no era el verdadero propietario de la finca. Pero claro, lo que para José Manuel y Maribel se han convertido en una pesadilla, para el constructor ha supuesto un evidente alivio. No en vano, al quedarse el adosado del matrimonio, el banco da por zanjada la deuda que el promotor arrastraba.