Juicio en Zaragoza

"Solo me dio tiempo a poner el brazo para que no me diera en la cara con la catana"

Dos jóvenes se enfrentan a cinco años de cárcel por la violenta agresión de la que fue víctima un vecino de El Gancho.

Los acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia
Los acusados, durante el juicio celebrado en la Audiencia
F. Jiménez

La mala relación y los problemas de convivencia entre un par de inquilinos del número 41 de la calle Cerezo de Zaragoza parecen ser el origen de la grave agresión sufrida por uno de ellos, al que atacaron en plena calle con una catana al grito de "¡mátalo, mátalo!". Por estos hechos, ocurridos sobre las 18.30 del 15 de noviembre de 2020, la Audiencia Provincial sentó ayer en el banquillo de los acusados a dos jóvenes de origen argelino, Taoufik S. y Alilo Benali L., para los que se piden penas de entre tres años y medio y cinco años de prisión.

Con quien mantenía las desavenencias la víctima era con el primero. Sin embargo, tanto el denunciante como el amigo que lo acompañaba cuando se produjo el ataque identificaron al segundo como la persona que empuñaba el arma blanca. De ahí que a uno se le acuse como inductor o colaborador necesario y al otro como autor material del corte de 15 centímetros que la víctima sufrió en el antebrazo derecho.

Durante su declaración, la víctima, Ion O., explicó al tribunal que estaba esperando en la puerta de una panadería de la calle de Conde Aranda cuando vio venir a la carrera al agresor con la catana. "Solo me dio tiempo a taparme con el brazo para evitar que me diera en la cabeza", indicó. Dijo estar perfectamente seguro de quién le atacó, hasta el punto de girarse y señalar con el dedo a Alilo Benali L. "Y este otro -refiriéndose a su vecino, sentado justo al lado- fue el que dijo: ¡mátalo, mátalo!", añadió. El hombre recordó que ambos salieron corriendo, mientras que él se quedó malherido en la acera. La herida era profunda, por lo que el amigo que estaba con él tuvo que practicarle un torniquete para evitar que se desangrara.

La descripción que la víctima y los testigos facilitaron a la Policía permitieron localizar y detener poco después a los dos acusados. Pero estos han negado siempre su participación en los hechos. "Yo estaba con mi chica cuando le atacaron, este hombre me confunde con otro", declaró este miércoles el presunto autor del machetazo. El vecino del herido también dijo estar en otro lugar cuando se produjo la agresión, pero lo cierto es que al ser detenido estaba en posesión de la catana.

La Fiscalía aprovechó el interrogatorio a la víctima para intentar aclarar el motivo de un ataque de semejante naturaleza. "Estas dos personas y otra entraban a drogarse al edificio. Yo vivo en la primera planta y arreglé la puerta para que no pudieran pasar. Les dije que tenía mujer y una hija de solo 8 años, que no quería verles por allí", explicó Ion O. "A partir de entonces -añadió-, empezaron los problemas. Me tiraron un televisor desde el balcón y me dieron con patín en la cabeza". La víctima recordó que fueron estos incidentes los que le obligaron a acudir a la comisaría de la avenida de Valencia a poner una denuncia contra su vecino. "Y justo cuando regresaba de hacerlo me intentaron matar y acabaron cortándome el brazo", apostilló.

A la hora de presentar su informe, la Fiscalía aclaró que acusa por un delito de lesiones agravadas por uso de instrumento peligroso y no por tentativa de homicidio porque no cree que la intención de los investigado fuera acabar con la vida del denunciante. "De haberlo pretendido, después de causarle la herida en el brazo, podrían haberlo matado. Sin embargo, se fueron corriendo", indicó. Del mismo modo se justificó la acusación particular, a cargo del abogado Julián Guillén. En cualquier caso, es este quien pide la condena más elevada: 5 años de cárcel.

La defensa, a cargo del abogado Javier Elía, entiende que solo cabe la absolución de ambos encausados, actualmente en prisión provisional por estos hechos. Según este, la víctima fue incapaz de identificar al presunto autor material en la rueda de reconocimiento. "Y si lo ha hecho en el juicio es porque después ha podido verlo en fotografías", arguyó. Para esta parte, fueron numerosas las contradicciones en que incurrió el denunciante. "Para empezar, dice que Taoufik gritó mátalo, mátalo en español, cuando ambos acusados son argelinos y el primero no habla ni una palabra de castellano", concluyó.

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