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Los Bomberos de Zaragoza, tras atender un parto en plena calle: "Es uno entre un millón"

"La niña ha abierto los ojos y ha llorado. Todo estaba bien", dicen.

Los bomberos Luis Domínguez, Sergio Morales, Francisco Medina y Juan Montañes.
Los bomberos Luis Domínguez, Sergio Morales, Francisco Medina y Juan Montañes.
Toni Galán

La plaza de Santo Domingo, en el corazón del Casco Histórico, fue escenario este viernes de un hecho insólito. Pero de uno de esos que afortunadamente acaban bien. Cuatro miembros de los Bomberos de Zaragoza vivieron un servicio de los que solo se dan una vez cada mucho tiempo. En pleno día lluvioso y nada apacible tuvieron que asistir un parto, "uno entre un millón", porque no es nada habitual que los acontecimientos se precipiten con tanta velocidad como ocurrió. La protagonista fue una mujer senegalesa de 27 años que dio a luz a su cuarta hija en plena calle, tan solo unos 20 minutos después de que llegaran los funcionarios municipales.

Fue un vecino que pasaba por la zona quien dio el aviso sobre las 13.45 y, pese a que los bomberos solo tardaron cinco minutos en aparecer en la plaza, ya no quedaba tiempo para trasladar a la joven a un centro hospitalario. Vieron que el bebé estaba a punto de nacer y allí mismo la asistieron. La mayoría se estrenaron en esto de ayudar a traer una vida al mundo, pero para uno de ellos no era la primera vez. El enfermero Francisco Medina participó en el primer parto asistido por los Bomberos en 1992. Y, por segunda vez, volvió a ser el encargado de cortar el cordón umbilical una vez hubo nacido la pequeña.

La mayoría llegan al hospital

Junto a él trabajaron el médico Luis Domínguez y los auxiliares de ambulancia Sergio Morales y Juan Montañés. "Cuando hemos llegado ya estaba prácticamente a término, no hemos tenido más que acercarnos, sujetar al bebé para que no cayera, cortar el cordón y trasladarlas al hospital", explicó Domínguez unas horas después en el parque de Valle de Broto. Fue un parto "fácil" pero especialmente "sorprendente" y fuera de lo común. De media, los bomberos calculan que atienden unos 5 o 6 avisos por alumbramientos al año pero, eso sí, salvo casos excepcionales como este, todos culminan en el hospital.

Por suerte, no hubo ninguna complicación y tanto la madre como la recién nacida se encuentran en perfectas condiciones. "Cuando hemos llegado la mujer estaba en cuclillas y refugiada junto a las escaleras de un portal. Era su cuarto parto y eso ayuda mucho, pero aún así tenía dolores y estaba sufriendo un poquillo", relató Medina. No obstante, el mal rato duro muy poco y "en cuestión de minutos" llegó el final feliz.

"La niña enseguida ha abierto los ojos y ha llorado, todo estaba bien", comentaron los bomberos casi al unísono. Además, según contaron, dio la casualidad que una enfermera de un centro de salud se encontraba en las inmediaciones y colaboró con ellos para sujetar al bebé mientras atendían a la madre y la subían a la ambulancia del 080. Las dos fueron trasladadas al Hospital Infantil de Zaragoza. Y ya siempre podrán decir que, en plena plaza de Santo Domingo, la pequeña llegó al mundo de una forma tan poco habitual que las convirtió en ese "uno entre un millón". 

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