Tribunales

El BBVA no tendrá que devolver casi tres millones a un aragonés por la estafa de un exempleado

La Audiencia condena a dos años y medio de prisión al extrabajador y dice que es él quien deberá pagar la indemnización.

Pablo Querol López, antes de entrar a una de las salas de la Audiencia de Zaragoza.
Pablo Querol López, antes de entrar a una de las salas de la Audiencia de Zaragoza.
M. A. C.

El empresario aragonés que denunció a un exempleado del BBVA por una estafa que le ha costado casi tres millones de euros ha conseguido una victoria agridulce en los tribunales. Porque si bien la Audiencia de Zaragoza considera probado el engaño y condena a Pablo Querol López a dos años y medio de prisión, será difícil que el querellante pueda recuperar su dinero. Y la explicación es sencilla. El cliente logró sentar a la entidad bancaria en el banquillo como presunta responsable civil, pero el tribunal considera que no hay motivo para que esta responda de las irregularidades cometidas por quien fuera director de oficina de banca privada.

Durante el juicio, el letrado Ismael Clemente Casas se esforzó en hacer ver al tribunal que el BBVA nunca supo de las operaciones fraudulentas del acusado. Recordó, además, que este ya se había prejubilado y desvinculado por completo de la entidad cuando llevó a cabo las operaciones por las que ahora ha sido condenado. Y lo más importante, el abogado aportó un escrito firmado el 25 de noviembre de 2013 por el cliente y querellante en el que renunciaba a exigir responsabilidades civiles al banco.

Como recuerda ahora el tribunal de la Sección III en su sentencia, cinco años después, olvidándose de lo acordado, el empresario denunció al extrabajador y también a la entidad. Alegó que, cuando firmó el mencionado pacto, "no estaba bien de salud", ya que presentaba "un episodio depresivo". Sin embargo, los magistrados le recuerdan que al pie de aquel escrito también figuraba la rúbrica de su hijo. "Y no consta que este tuviera mermadas sus facultades mentales en aquella fecha", apuntan.

Por todo ello, la sala se alinea finalmente con la tesis de la defensa del BBVA y le exonera de la obligación de devolver el dinero estafado por su exempleado. En cualquier caso, el fallo no es firme y se puede recurrir ante el TSJA.

Un engaño millonario

Los hechos que llevaron al banquillo a Pablo Querol se remontan a julio de 2005, cuando, sabiendo del interés del empresario por desarrollar una promoción de viviendas en El Burgo de Ebro le propuso abrir una cuenta de crédito de 9 millones de euros con condiciones "muy ventajosas". Es más, le explicó que la parte del dinero prestado que no utilizase para construir las casas podría destinarlo a inversiones que "proporcionarían una rentabilidad suficiente para compensar los intereses de la cuenta de crédito".

El cliente aceptó la propuesta, lo que supuso la apertura de dos cuentas: una que reflejaba los movimientos del crédito y otra destinada las inversiones. Pero si bien el acusado informó en todo momento al empresario de los apuntes de la primera, le ocultó los de la segunda. Cada cierto tiempo, el cliente veía que le hacían ingresos y pensaba que eran los beneficios de las inversiones, cuando en realidad el acusado movía el dinero de una cuenta a otra. Es decir, le pagaba con sus propios haberes. El tribunal descarta que Pablo Querol se quedara ningún dinero.

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