Urriés y Pomer encuentran su antídoto contra la despoblación

Un colmado que abre sus puertas en el antiguo horno de pan y el teletrabajo en pequeños pueblos son dos formas de luchar contra la marcha de vecinos y atraer nuevos.

Arriba, Ana Murcia, que regenterá la tienda-museo de Urriés. Abajo, los cuatro nuevos vecinos de Pomer con el alcalde
Arriba, Ana Murcia, que regenterá la tienda-museo de Urriés. Abajo, los cuatro nuevos vecinos de Pomer con el alcalde
Heraldo.es

Un ultramarinos que levantó la persiana este sábado quiere convertirse en uno de los antídotos contra la despoblación de Urriés, una localidad cincovillesa de 45 habitantes, entre los que hay mucha gente mayor que demandaba este servicio. Mientras, Pomer, otro pequeño municipio de 22 vecinos de la comarca del Aranda ha visto cómo su censo ha aumentado en cuatro empadronados durante la pandemia gracias al teletrabajo.

La tienda de Urriés está avalada por el Ayuntamiento a quien pertenece el local, que es también un pequeño museo en el que se puede ver el antiguo horno de pan. Tras, el mostrador se encuentra Ana Murcia, una auxiliar de clínica que se afincó en el pueblo el pasado junio para trabajar media jornada para el Ayuntamiento atendiendo a una docena de ancianos de entre 75 y 98 años que siguen viviendo en sus hogares. Su proyecto lo completa ahora con este colmado desde el que quieren atender a todas las poblaciones de la Val de Onsella que suelen desplazarse a comprar hasta Ejea o Sangüesa.

"Una tienda es un servicio esencial en Urriés si queremos seguir apostando por nuestro futuro", indica el alcalde Urriés, Armando Soria. Abrirá de lunes a jueves, en un horario, y los viernes y sábado será más extenso "para favorecer que los que vienen de fin de semana puedan comprar en la localidad", cuenta el primer regidor. En dos ocasiones anteriores, en 2006 y en 2013, ya se abrió para vender algunos productos de primera necesidad, pero la propuesta ahora es más ambiciosa.

Mientras, el alcalde de Pomer, Millán Martínez, explica que los cuatro empadronados que ha ganado el municipio son personas que ya tenían vinculación con la localidad a través de familiares o amigos y venían en vacaciones".

Es el caso de Ángel Modrego, gerente de un grupo empresarial que ha decido compaginar el trabajo en la oficina de Barcelona con el teletrabajo desde su casa en Pomer. Igual que Pedro Alonso, un autónomo a punto de jubilarse que alternará Pomer con la capital aragonesa. Padre e hijo, Jordi y Adrián Modrego, también han dado este paso. El progenitor, ya jubilado, quiere practicar su afición favorita, la bicicleta de montaña, y su hijo estudia Ingeniería compaginando clases ‘online’ con las presenciales. Además de estos cuatro nuevos pomeranos estos últimos meses también se ha instalado una nueva pareja.

El alcalde espera que sirva para fijar población. Esta subida del censo de un 18,1% también tendrá un efecto económico positivo en las arcas municipales.

Ana Murcia lleva la tienda de Urriés y también atiende a las personas mayores del pueblo
Ana Murcia lleva la tienda de Urriés y también atiende a las personas mayores del pueblo
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ANA MURCIA, lleva la tienda de Urriés y atiende a los mayores

"Necesitaba un cambio radical y este es ahora mi proyecto de vida"

En junio, poco después de terminar el confinamiento, Ana Murcia se afincó en Urriés tras presentar al Ayuntamiento un proyecto para cuidar a una docena de ancianos que viven en el pueblo. Esta auxiliar de clínica está acostumbrada a trabajar en residencias y necesitaba un "cambio radical" tras ochos años en un turno de noche y viajes diarios entre Aguarón, su localidad, y Zaragoza. "Este es ahora mi proyecto de vida», afirma. "Conocía al alcalde y cuando me habló de la idea que tenía para crear esta plaza para un autónomo me animé a presentarme. Éramos tres candidatas», explica. Asegura que no le ha costado acostumbrarse a la vida en un sitio pequeño y tratar con los más mayores es su vocación. "Voy a sus casas, hablamos, salgo con ellos, les ayudo en lo que necesitan como ir al consultorio. La más mayor, Asunción, tiene 98 años y ha hecho mascarillas», dice. Su ilusión está puesta en la tienda (vive encima de ella) en la que tendrá el San Pancracio de su madre y un atrapa sueños que le regalaron.

Ángel Modrego, a la izquierda, con el alcalde de Pomer y el resto de nuevos vecinos
Ángel Modrego, a la izquierda, con el alcalde de Pomer y el resto de nuevos vecinos
Pilar López Rojo

ÁNGEL MODREGO, empresario y nuevo vecino de Pomer

"Era el momento de empadronarme y ayudar un poco a mi pueblo"

Este pomerino de 62 años dejó su localidad natal cuando tenía 12 para trasladarse hasta Barcelona donde vive, a caballo con Pomer. "Estoy muy agradecido a Cataluña, pero Pomer es mi pueblo y nunca he dejado de venir, tengo mi casa aquí y bien o por vacaciones o por trabajo vengo", comenta. Dirige un grupo empresarial y tiene una de sus empresas de energías renovables en Pomer.

Los primeros meses de la pandemia le pillaron en Pomer, trabajando en la ampliación de una de sus plantas fotovoltaicas. "El sector de las renovables no ha parado, he estado aquí y decidí que era el momento de empadronarme para ayudar al pueblo y también al alcalde", comenta.

Asegura que trabajar en un pueblo como el suyo no es fácil. "Tiene muchos inconvenientes, las comunicaciones no son buenas como tampoco lo son la cobertura de móvil o la conexiones a internet", admite. Como contrapartida pone en valor la tranquilidad de sus calles o la ausencia de problemas para encontrar aparcamiento una localidad de una veintena de habitantes.

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