En torno a 200 vecinos de Nuez de Ebro organizan una cacerolada contra la okupación

La asociación vecinal El Sisallar denuncia que actualmente hay tres viviendas okupadas en la zona y temen que se extienda a nuevas parcelas deshabitadas.

Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro

“No podemos más, la situación es insostenible”, asegura Fernando S., uno de los vecinos que ha acudido este domingo, 27 de septiembre, hasta la plaza España de Nuez de Ebro, lugar desde donde partía la movilización contra la okupación ilegal de algunas viviendas ubicadas en la urbanización El Sisallar. Los afectados denuncian múltiples molestias como ruidos, enfrentamientos, la entrada y salida constante de gente o la circulación de vehículos a altas velocidades en una zona residencial.

“Estamos aquí porque queremos que se vayan, pero no trasladar el problema a otro sitio, sino que se dé una respuesta a esta situación”, añade. Desde el pasado mes de febrero, los residentes en esta urbanización que cuenta con 170 viviendas, algunas de ellas vacías o segundas residencias, denuncian que han protagonizado momentos “muy complicados” debido a los numerosos problemas de convivencia.

Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro
Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro
C. I.

“Ante la falta de soluciones nos vimos obligados a organizarnos entre todos los vecinos”, recuerda Cecilia Cerezo, otra de las vecinas afectadas. “Entre nosotros hacemos vigilancia, nos avisamos cada vez que vemos algo extraño… es un sinvivir porque no puedes estar pendiente de otra cosa”, asegura. Y aunque reconoce que la situación ha mejorado a raíz de una mayor presencia de la Guardia Civil en la zona, Cerezo reivindica: “queremos que se nos dé una solución”.

La manifestación, a la que han acudido en torno a 200 vecinos de la localidad zaragozana, arrancaba en la céntrica plaza del pueblo con una imagen protagonizada por la distancia de seguridad, las mascarillas y el ruido de varias cacerolas y sartenes así como con varias pancartas que rezaban lemas como “Fuera ocupación” o “En Nuez ni un okupa ni diez”.

Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro
Desirée durante la protesta en Nuez de Ebro
C. I.

La movilización discurría por la avenida Zaragoza, donde en el número 46 se encuentra una de las tres viviendas ocupadas en la actualidad. Allí se han vivido unos momentos de tensión al salir una de las personas que habita en esa casa a responder a los vecinos. “Nosotros no queremos vivir así, estamos aquí por necesidad, pero no hacemos daño a nadie”, explica Desirée, joven de 24 años embarazada de 8 meses.

La zaragozana asegura que están atravesando una situación verdaderamente complicada: “Me han denegado el ingreso mínimo vital al no estar casada con mi pareja ni empadronada aquí, la asistenta nos ha dicho que hay mucha lista de espera para una vivienda y no tenemos muchas más opciones que esta”, relata.

Desirée y su pareja, comparten vivienda con otro matrimonio y sus dos hijos. Además, ella, también está embarazada. “Yo nunca en mi vida pensé que acabaría viviendo esto. Hasta la llegada de la pandemia tenía una vida, un trabajo, mi piso… en marzo mi marido tuvo un accidente laboral y a mi me despidieron del bar donde trabajaba. No tenemos nada”, destaca ésta última.

Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro
Manifestación contra la okupación en Nuez de Ebro
C. I.

“Pagando justos por pecadores”

“Entendemos que no quieran convivir con gente problemática, pero nosotros no somos iguales. Estamos pagando justos por pecadores”, añade Desirée, haciendo referencia a las dos parcelas okupadas en la calle L7, con las que los problemas de convivencia vecinal están siendo una constante desde hace meses.

A los hechos mencionados antes, se suma que hace tan solo unos días se iniciaba un incendio en una parcela vacía situada en la calle L7 así como otro fuego que se inició en la bodega de la casa okupada en la actualidad el pasado mes de junio. Una compleja situación en la que resulta complicado encontrar una solución intermedia.

“Lo que hace falta es una ley que proteja las viviendas y la propiedad privada, y recursos para atender a las personas que realmente tienen una necesidad porque tampoco está de recibo que vivan en las condiciones en las que están” asevera Alfredo Corrales, otro de los manifestantes. Además, este vecino asegura que en los últimos meses han logrado evitar otras okupaciones pero que temen que esta situación se repita en nuevas viviendas. “Nos hemos sentido bastante solos ante esta situación y tememos que se corra la voz y se produzca un efecto llamada”, concluye.

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