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Niega que lanzara un cuchillo y violara a su expareja en una vivienda de Torrellas

La víctima, que salió a la calle en pijama pidiendo ayuda, sufrió varios cortes en las manos al defenderse. La Audiencia de Zaragoza juzgó este martes al agresor, para el que la Fiscalía pide 15 años de cárcel.

El acusado, con gafas, junto a su abogada y el intérprete, en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza.
El acusado, con gafas, junto a su abogada y el intérprete, en los pasillos de la Audiencia de Zaragoza.
HA

Mas de siete años ha costado sentar en el banquillo de los acusados a Petrica C., el hombre al que su pareja denunció en abril de 2013 por agredirla y violarla en la vivienda que compartían en el municipio zaragozano de Torrellas. Según explicó ayer la víctima durante el juicio que se celebró en la Audiencia de Zaragoza, el procesado se presentó de madrugada borracho, la agarró por el pelo y la arrastró hasta la cocina.Una vez allí, cogió un cuchillo y se lo lanzó por la espalda, clavándolo en una puerta. Acto seguido, a base de patadas y puñetazos, la condujo a la fuerza hasta el dormitorio, donde finalmente la agredió sexualmente.

A preguntas de la Fiscalía, que pide 15 años de prisión para el agresor, la mujer recordó que hizo todo lo posible por evitar que la penetrara. Hasta el punto de que su pareja, que había vuelto a coger otro cuchillo, le provocó varios cortes en las manos cuando intentó defenderse. «Tenía tanto miedo que tuve que esperar a que se durmiera para escapar», declaró la víctima, que salió a la calle en pijama buscando ayuda. El hombre le había quitado su teléfono móvil, pero encontró el de él y lo usó para llamar a la Guardia Civil.

Los agentes contactaron con la Policía Local de Tarazona, que fue la primera en acudir al rescate. Cuando hallaron a la denunciante, estaba aterrorizada y presentaba varias heridas de arma blanca, por lo que llamaron enseguida a una ambulancia para trasladarla a un centro sanitario. Al contar a los médicos lo que había ocurrido, le suturaron las heridas y le administraron un tratamiento anticonceptivo. El procesado fue detenido y puesto a disposición judicial.

La víctima pasó tanto miedo que pidió a la juez que impusiera a su atacante una orden de alejamiento. Y así lo hizo, lo que no impidió que, apenas un mes después, el 6 de mayo de 2013, este volviera a plantarse en la vivienda. Según declaró la mujer, nada más abrir la puerta, su expareja le propinó un fuerte empujón y un puñetazo en la cara, obligándola a entrar en la casa. Afortunadamente, esta vez la agresión no fue a más y el procesado volvió a ser detenido.

Durante su informe, la acusación pública calificó los hechos como un delito de agresión sexual (por el que pide 10 años), otro de lesiones agravadas por el uso de un arma blanca (4 años) y un tercero de maltrato en el ámbito familiar con quebrantamiento de la orden de alejamiento (un año más). La víctima no reclama indemnización alguna, solo, que se haga justicia. «Que ninguna otra mujer vuelva a pasar por lo que yo pasé», manifestó.

Está libre y vive en Dinamarca

El procesado tiene ahora su residencia en Dinamarca y el pasado lunes aún no se había puesto en contacto con su abogada, por lo que el tribunal temía que el juicio volviera a aplazarse:ya había sido preciso hacerlo dos veces antes. Sin embargo, Petrica C. acabó presentándose en la Audiencia Provincial y aprovechó su declaración para negarlo todo. Según este, la primera noche iba borracho y puede que empujara y lesionara a su pareja.«Pero yo no la violé, las relaciones sexuales fueron consentidas», manifestó. Preguntado por el segundo ataque denunciado por la mujer, este intentó convencer a los magistrados de que había sido ella quien le había pagado el billete para que regresar a Torrellas y reiniciar la relación.

Pese a la elevada pena de cárcel a la que se enfrenta, el encausado está en libertad y podrá esperar la sentencia fuera de España.

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