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Cuarenta voluntarios atenderán las colonias felinas de Zaragoza en la crisis sanitaria
En el caso de los núcleos más numerosos podrán ir hasta dos personas, pero siempre de forma individual y en horarios diferentes.
Cuarenta voluntarios acreditados, además de operarios municipales, atenderán las colonias felinas de Zaragoza, siguiendo un calendario y un protocolo de actuación para evitar contagios durante la crisis del coronavirus.
La Unidad de Protección Animal, cumpliendo las indicaciones del Ministerio de Sanidad, ha acreditado hasta el momento a estos cuarenta voluntarios, uno por colonia siempre que ésta no supere los treinta animales, ha informado el Ayuntamiento en una nota de prensa.
En el caso de los núcleos más numerosos podrán ir hasta dos personas, pero siempre de forma individual y en horarios diferentes. El resto de colonias hasta llegar a las 70, serán atendidas por operarios del Centro Municipal de Protección Animal.
Estos colaboradores cumplen con una serie requisitos fijados en el protocolo para evitar exponer a los colectivos más vulnerables al COVID-19, por lo que ninguno tendrá más de 60 años ni presentará patologías previas o de riesgo.
Además, solo podrán actuar en las setenta colonias oficiales siguiendo un calendario fijado por el Ayuntamiento y siempre en horario de menor afluencia: antes de las 9.00 o después de las 21.00.
Asimismo, deberán utilizar material de protección, como guantes desechables y mascarillas, y desinfectarse las manos antes y después de interactuar con los animales.
El consejero de Participación, Javier Rodrigo, ha explicado en declaraciones remitidas por el consistorio que con estas medidas el Ayuntamiento garantiza tanto la alimentación de los gatos como la seguridad de los vecinos durante el estado de alarma.
"Para ello, nos hemos puesto en contacto con las plataformas felinas, con las que hemos coordinado las actuaciones previstas en el protocolo", ha señalado.
Durante el estado de alarma, la ciudad ha suspendido la captura de gatos callejeros y se han paralizado las esterilizaciones que de forma periódica se llevaban a cabo en clínicas veterinarias y en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza.
