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El tanatorio de Torrero incinera a tres fallecidos con coronavirus en Aragón

Las cremaciones se hicieron a primera hora de la mañana sin funerales ni presencia de las familias, a la espera de que terminen sus periodos de aislamiento.

Imagen de archivo del cementerio de Torrero.
Imagen de archivo del cementerio de Torrero.
Aránzazu Navarro

El tanatorio de Torrero ya ha incinerado a tres fallecidos con coronavirus en Aragón. Dos de estas cremaciones tuvieron lugar este miércoles, mientras que la primera se realizó el día anterior. Todas ellas se han ejecutado con un protocolo especial, sin funerales, ni velatorios, ni presencia de familiares, a la espera de que estos terminen el periodo de cuarentena en el que se encuentran.

Las incineraciones se hicieron a primera hora de la mañana, a eso de las 7.00, un momento en el que no hay nadie en las instalaciones más allá de los trabajadores del propio tanatorio de Torrero. Fuentes de la empresa concesionaria que gestiona el recinto municipal explican que, cuando llegaron los cuerpos, se dejaron en una cámara de congelación (a temperatura normal) que hace una labor de aislamiento.

Si se cumplen los protocolos tanto en el hospital como en el traslado por parte de la funeraria, el cadáver debe llegar a Torrero envuelto en una bolsa estanca y en una ataúd con unas determinadas características de estanqueidad e impermeabilidad. En el caso de los tres fallecidos aragoneses, durante las incineraciones solo estuvieron presentes dos empleados de la funeraria que se hace cargo del trasladado y el incinerador del tanatorio. Este último, con el equipo de protección individual que marca el Ministerio de Sanidad, con buzo, gafas, guantes, mascarilla, etc.

No hubo velatorios ni se publicaron las incineraciones, por lo que “todo se hizo con la más estricta discreción”, apuntan desde el tanatorio. Ni familiares ni amigos acudieron a Torrero, entre otras cosas porque la mayoría se encuentran en cuarentena. “No ha habido problema con ninguno de ellas”, añaden.

Cuando terminó cada incineración, se guardaron las cenizas con el procedimiento habitual y se desinfectaron las instalaciones. Los restos, que ya no suponían ningún riesgo, se los quedó la funeraria encargada del proceso, que los entregó a los familiares a la espera de que terminen la cuarentena para celebrar el funeral o el acto de recuerdo que crean conveniente.

La incineración es habitualmente la opción elegida para la mayoría de los fallecidos que llegan a Torrero, pero en este caso está especialmente recomendada, sobre todo por la situación de aislamiento en la que quedan los familiares. Pero si, por ejemplo, hubiera un fallecido por coronavirus que llevara marcapasos, no se incineraría. Con este mecanismo no se pueden hacer cremaciones porque estallaría, por lo que habitualmente un médico los retira de los cadáveres. Sin embargo, en el caso de infectados con el Covid-19 el ministerio dictamina que no se manipulen los cadáveres, por lo que el tanatorio de Torrero optaría -en caso de que llegara un caso así- por el enterramiento.

Normalidad total

En cuanto al resto de los actos funerarios, el cementerio de Torrero registra una “total normalidad”, según apuntan sus responsables. Se percibe una cierta inquietud entre los asistentes, ya que algunos dudan incluso de que esté abierto. Pero las ceremonias ordinarias, sin fallecidos afectados por el coronavirus, se realizan como siempre. El recinto sí ha habilitado medidas de prevención como todos los equipamientos municipales: una limpieza más frecuente y exhaustiva, líquido desinfectante para el personal, carteles explicativos, etc.

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