tribunales en zaragoza

Condenada por destrozar la Yamaha de su exmarido y causarle daños por 4.220 euros

El hombre asegura sufrir un "calvario" judicial desde que se divorció. De hecho, ha sido detenido ya tres veces por denuncias de malos tratos que han sido archivadas y en las que los jueces han apreciado motivos espurios.

Estado en el que encontró el denunciante la motocicleta Yamaha, sin retrovisores ni intermitentes y con cuantiosos daños.
Estado en el que encontró el denunciante la motocicleta Yamaha, sin retrovisores ni intermitentes y con cuantiosos daños.
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Un juzgado de Zaragoza acaba de condenar a una vecina de Perdiguera por destrozar la motocicleta de su exmarido y causarle daños por valor de 4.220 euros, cantidad con la que ahora tendrá que indemnizar al dueño del vehículo y a la que habrá que sumar otros 1.080 euros en concepto de multa por un delito de daños. Para el denunciante, Héctor R. S., la sentencia ha supuesto una importante victoria moral, ya que el divorcio le ha supuesto un auténtico «calvario» judicial. Así lo asegura su abogado, Enrique Esteban Pendas, quien recuerda que su cliente ha sido detenido hasta en tres ocasiones por denuncias de malos tratos que nunca han prosperado y en las que se han llegado a apreciar motivos espurios. Es más, sobre la supuesta maltratada, Angelita M.E., han recaído ya dos sentencias condenatorias: esta última y la que se le impuso por agredir y lesionar a sus exsuegros cuando fueron a entregarle a sus dos hijos.

Como explica ahora la jueza, los problemas comenzaron en marzo de 2016, cuando la pareja decidió poner fin a su matrimonio. La sentencia de divorcio estableció que fuera ella quien disfrutara del domicilio familiar, aunque ambos debían seguir pagando la hipoteca a partes iguales (según el denunciante, ella dejó a abonar su parte y le adeuda casi 9.000 euros, que dice ha tenido que sufragar él para evitar que el banco les embargue la casa). Y aunque se reconocían como bienes privativos del marido un turismo Renault Megane Scenic y una motocicleta Yamaha XT, la primera denuncia por malos tratos impidió al hombre llevárselos, dado que fue acompañado a la vivienda por la Policía y solo le dejaron recoger su ropa y algunos objetos personales.

Casi dos años después de la ruptura, Héctor R. S. se vio obligado a enviar un burofax a su exmujer exigiéndole la devolución de los vehículos. Gracias a ello, logró recuperar el coche dos meses mas tarde y la motocicleta, un poco después.Sin embargo, cuál sería la sorpresa del denunciante al comprobar que esta última estaba completamente destrozada y le faltaban numerosas piezas.

Cansado de las denuncias infundadas –como han reconocido después distintos jueces, que las han archivado o dictado sentencias absolutorias– de su expareja y dados los importantes desperfectos que presentaba la motocicleta, el hombre decidió acusar a Angelita M.E. por dos delitos: uno de daños intencionados y otro de apropiación indebida.

Durante el juicio, ella alegó que no había devuelto antes los vehículos porque estaba pendiente el reparto del patrimonio conyugal. Sin embargo, la sentencia de divorcio ya dejaba claro un año después de la ruptura que tanto el coche como la moto estaban a nombre de su exesposo y eran de su propiedad.Respecto a los cuantiosos daños de la Yamaha, la mujer negó tajantemente haberlos provocado y trató de exculparse diciendo que el denunciante había sufrido un accidente y no había arreglado los desperfectos.

Sin embargo, la juez ha dado al final mayor credibilidad a la versión del hombre, quien aseguró durante la vista que nunca tuvo ningún siniestro y que precisó de un remolque para llevarse la motocicleta, ya que ni siquiera arrancaba. Para la juzgadora, ha quedado acreditado que fue la acusada quien «de forma intencionada» golpeó el vehículo «utilizando un objeto contundente», dañando los faros delanteros y traseros, el cuentakilómetros, el arranque, el protector de la cadena y la tapa del motor. Pero es que también fueron arrancados los espejos retrovisores, los intermitentes, las manetas de plástico y hasta la matrícula. En cuanto a estas últimas, no ha quedado acreditado que la mujer las vendiera, tal y como mantenía la acusación particular.

Por ello, la jueza sustituta del Juzgado de lo Penal 1 de Zaragoza condena por los daños pero no por apropiación indebida.Contra la sentencia todavía cabe recurso.

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