SUCESOS EN ZARAGOZA

Desmantelan en Zaragoza 3 pisos usados por un clan familiar para vender droga

Las viviendas se encuentran una en el barrio Oliver y dos en las Delicias. La operación llevada a cabo por la Policía Nacional se ha saldado con tres detenidos, de lo que uno está en prisión.

Uno de los pisos donde se vendía droga se encuentra en la calle de Francisco Ruesta.
Uno de los pisos donde se vendía droga se encuentra en la calle de Francisco Ruesta.
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La Policía Nacional ha desmantelado tres puntos de venta de droga en Zaragoza, en un domicilio del barrio Oliver y en otros dos de las Delicias, en los que actuaba un clan familiar. La operación policial, que se llevó a cabo a principios de noviembre aunque ha trascendido ahora, se ha saldado con la detención de una pareja y un primo que ya contaban con antedecentes por delitos contra la salud pública. 

De los tres implicados, uno de ellos, L.E.R.M., de 28 años, fue enviado a prisión provisional por el juez, mientras los otros dos, J. M. M. y J. F. R. H., de 38 y 36 años respectivamente, quedaron en libertad con cargos. En las tres viviendas se han aprehendido 60 gramos de cocaína y 20 de corte, además de 9.000 euros en efectivo y diversos útiles para la manipulacilación y distribución de la droga, como cafeína para cortarla, balanzas y bolsas termo selladas.

Tras esta operación denominada 'Tinto' hay cinco meses de investigaciones. Comenzó en julio, cuando el Grupo de Investigación de la Policía Nacional tuvo conocimiento de que en un piso del barrio de las Delicias se 'trapiecheaba' con distintas sustancias estupefacientes. Desde el primer momento, según ha detallado este martes la Jefatura Superior de Policía de Aragón, se pudo constatar que la droga se proporcionaba a consumidores finales que se acercaban a la vivienda desde distintos puntos de la capital aragonesa y luego la consumían en otros lugares, si bien, "extremaban las medidas de seguridad".

Los agentes también pudieron confirmar con el paso del tiempo y las averiguaciones que llevaban cabo los nexos de las personas que estaban vigilando con otros familiares que igualmente participaban en el tráfico de esta droga. El hermetismo y la confianza propia de este tipo de relaciones hacían muy difícil que los policías pudieran acceder a informaciones sensibles que acabaran frustrando este negocio ilegal.

Una vez que se identificaron los miembros de la organización, los agentes realizaron tres registros domiciliarios. Uno de ellos en la calle Francisco Ruesta del barrio Oliver y dos en el barrio de las Delicias, en las avenidas de Madrid y de Navarra.

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