Con la perspectiva de superar este año los 93 millones de usos, el bus sigue siendo el ‘jefe’ del transporte público de Zaragoza. Representa el 80% de los desplazamientos que se realizan a diario en alguno de los medios públicos, y por eso el nuevo gobierno, tradicionalmente contrario a la expansión del tranvía, lo ha convertido en su prioridad.

Dos son los ejes sobre los que quiere trabajar los próximos años el Ayuntamiento. Por un lado, se pretende continuar con la política de renovación de la flota, para abandonar progresivamente los motores de combustión por otros más ecológicos. El pasado mes se incorporaron 17 vehículos híbridos y los cuatro primeros con energía 100% eléctrica.

Y por otro lado, el rechazo a la línea 2 del tranvía obliga a una reestructuración de las rutas del bus para dar respuesta, entre otras, a las necesidades del eje este-oeste. En este sentido, el Consistorio y los técnicos de movilidad buscan soluciones para los barrios, sin que necesariamente los nuevos trayectos pasen por el centro de la ciudad. Finalmente, los usuarios estarán atentos a las posibles subidas en el precio del servicio. El gobierno estudia una actualización del IPC.