sucesos

La Guardia Civil halla en la nave de Pedrola sangre del informático vizcaíno asesinado

Los agentes registraron este miércoles durante cinco horas el almacén que tenía alquilada la pareja detenida y donde creen que se cometió el crimen.

Registro de la nave en Pedrola.
Registro de la nave en Pedrola.
Oliver Duch

La Guardia Civil detuvo este miércoles por la tarde en Pedrola a una mujer de nacionalidad venezolana y a un varón marroquí como presuntos autores del asesinato del informático vasco José Antonio Delgado Fresnedo, desaparecido el 6 de septiembre y hallado muerto el pasado fin de semana en un campo de cultivo de esta misma localidad de la Ribera Alta del Ebro. Las pesquisas continúan secretas, pero la Comandancia de Zaragoza ha confirmado oficialmente que el cadáver que halló un agricultor semienterrado pertenece al vecino de la localidad vizcaína de Guecho, de 54 años, divorciado y padre de un niño.

El arresto de la pareja se produjo sobre las cuatro de la tarde en una nave del polígono industrial La Ermita, ubicado a las afueras del casco urbano de Pedrola, al otro lado de la N-232. Según explicó el propio dueño del local, fue el hombre detenido quien se lo alquiló en noviembre de 2018 para poner en marcha un lavadero de coches.

Los investigadores sospechan que fue precisamente aquí donde los arrestados acabaron con la vida del informático, de ahí que este miércoles utilizaran un perro especializado en la búsqueda de restos biológicos para registrar la nave en presencia de los detenidos y del secretario del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, encargado de las pesquisas.

Los especialistas del Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil estuvieron unas cinco horas examinando la nave ubicada en la calle El Plátano en busca de pruebas que permitan apuntalar la imputación de asesinato. Y parece que las encontraron, ya que hallaron varios restos de sangre.

Según fuentes próximas al caso, los homicidas no utilizaron armas, sino que acabaron con la vida de José Antonio Delgado propinándole una brutal paliza. Tampoco se descarta que, como consecuencia de los numerosos golpes encajados, el hombre entrara en coma y sus asesinos lo enterraran vivo, ya que durante la autopsia se hallaron algunos restos de tierra en la parte superior de la tráquea del fallecido. En cualquier caso y a falta de concretar la causas del deceso, parece que este no se produjo por asfixia.

Una pulsera GPS resultó vital

Según ha podido saber este diario, la Guardia Civil seguía muy de cerca los pasos de los sospechosos, ya que él había sido denunciado por violencia de género y llevaba puesta una pulsera GPS de localización. La pareja vivía actualmente en Pedrola, donde el hombre incluso había estado haciendo trabajos en beneficio de la comunidad por una condena por malos tratos. Pero los investigadores temían que, al descubrirse el cadáver, los sospechosos trataran de huir de España, por lo que decidieron no esperar más y presentarse en la nave para detenerlos.

Además de funcionarios de distintas unidades de la Comandancia de Zaragoza, en las labores de investigación están participando agentes de la Policía Vasca –por haber sido en Guecho donde se denunció la desaparición del fallecido– y de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que llevaba varios meses tras la pista de una banda que se dedicaba a robar y extorsionar a hombres con los que una mujer quedaba previamente a través de la popular página de citas Badoo. De hecho, además de por el asesinato de José Antonio Delgado, a la pareja detenida se le investiga por otros dos hechos similares –que afortunadamente no acabaron en homicidio– denunciados este verano: uno el pasado 1 de julio y el otro, el 5 de septiembre, solo un día antes del crimen del informático.

Las primeras pesquisas indican que, además del vehículo Mercedes con el que se desplazó a Zaragoza, matriculado en el año 2018 y que estaría valorado en unos 50.000 euros, al vecino de Guecho le robaron otros 1.800 euros en metálico.

Dos agresiones anteriores

Al hombre que denunció el primer robo, de nacionalidad rumana, también le arrebataron un Renault Clío. A la segunda víctima, un empresario de Tudela, la golpearon con saña con una llave inglesa e incluso la mujer lo persiguió con una pistola cuando escapaba del lugar. Afortunadamente pudo huir y salvar la vida. Según ha podido confirmar HERALDO, los investigadores habrían hallado ahora la pistola con la que amenazaron a esta víctima, así como una carabina.

La Guardia Civil sospecha que en el primer robo intervino un tercer hombre que habría entrado después en prisión por otros hechos. Sin embargo, todo apunta a que los dos últimos golpes, incluido el asesinato del informático vasco, los cometió solo la pareja, que ha pasado la noche en los calabozos a la espera de su puesta a disposición judicial.

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