sucesos 

Sustrae dinero y joyas valoradas en 5.000 € en la casa del hombre al que cuidaba en Zaragoza

La empleada de hogar había sido contratada en mayo y el hurto fue descubierto el 2 de septiembre. Empeñó las alhajas en el Monte de Piedad. 

Imagen de archivo de la Jefatura Superior de Policía en Aragón.
Imagen de archivo de la Jefatura Superior de Policía en Aragón.
José Miguel Marco

Hace unos días fue a echar mano del dinero que tenía guardado en casa y vio que faltaban mil euros. Preguntó a su padre si sabía algo y el hombre le contestó que no. Lo mismo respondió la mujer que tenía contratada desde mayo para cuidar a su progenitor. A partir de ese momento, Daniel E. comenzó a sospechar de que algo raro estaba pasando.

«Lo primero que hice fue ir a mirar a los joyeros de mi madre, que falleció hace poco, y descubrí que estaban vacíos», explica. Las alhajas no se encontraban a la vista, ya que estaban escondidas en un falso fondo de un armario de ropa y no era fácil dar con ellas. Algo parecido ocurrió con el dinero, que lo guardaba en otro habitáculo en la parte alta.

El pasado 2 de septiembre denunció el robo en la Policía, que abrió una investigación para averiguar lo ocurrido. La primera sospechosa fue la empleada de hogar, pues era la única persona que estaba habitualmente en la casa, además del padre del denunciante, un hombre de 62 años que se encuentra convaleciente tras haber estado seis meses hospitalizado, camina con andador y necesita ayuda en determinadas tareas personales y de la casa. «La contraté porque me la recomendó un cuidador del hospital Clínico, ya que era su tía. Trabajaba unas cinco horas al día», cuenta.

Los agentes encargados del caso descubrieron en una semana que la mujer, Joana Y. Q, había ido empeñando las alhajas, valoradas en unos 5.000 euros, en el Monte de Piedad de la calle de San Jorge de Zaragoza. 

La mayoría han podido ser recuperadas salvo un diamante valioso, del que se ignora el destino que ha podido darle. «Es una joya que mi padre le regaló a mi madre hace 45 años y le costó 85.000 pesetas, lo que supondría ahora más de 3.000 euros», señala.

Las víctimas ignoran cuándo sustrajo presuntamente las joyas y creen que fue haciéndolo poco a poco. Pero intuyen que los 1.000 euros decidió cogerlos tras sorprender a padre e hijo hablando de buscar a otra persona que se ciñera mejor a los horarios que les interesaban cubrir.

«Desde que se murió mi madre yo vivo con mi padre y él necesita tener unas pautas regulares», manifiesta. La joyas están ahora en depósito judicial.

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