zaragoza

La Policía Local blinda los accesos al rastro para que solo entren vendedores con licencia

Los comerciantes agradecen que haya una mayor presencia policial, pero critican el atasco que se organizó este domingo por el control policial que se instaló.

Varios agentes patrullan por el rastro de La Almozara este domingo.
Varios agentes patrullan por el rastro de La Almozara este domingo.
José Miguel Marco

La Policía Local ha aumentado considerablemente en las últimas semanas el control del mercadillo y el rastro de Zaragoza. Su presencia en el parquin sur de la Expo los miércoles y domingos es más evidente, y el trabajo de inspección también es más intenso. Este domingo se repitió el despliegue de efectivos que se estrenó el domingo pasado, pero lo hizo con una novedad: un control policial a la entrada del recinto desde las 7.00 para impedir la entrada de vendedores sin licencia.

Varios agentes fueron comprobando, uno a uno, que los vehículos que accedían al recinto contaban con los papeles en regla. Si había algún problema, se les apartaba para intentar aclarar la situación. Esta novedad pilló por sorpresa a los vendedores y provocó una importante fila que, según testigos presenciales, llegó hasta la avenida Expo 2008, desde la que se accede al rastro.

Esta retención causó largas esperas y retrasos en el acceso, lo que hizo que algunos comerciantes se retrasaran en la hora del montaje de puestos. «A las 10.00 había gente que aún no había podido organizar su negocio», explicaba ayer Esther Jiménez, portavoz de los vendedores del mercadillo ambulante.

Jiménez celebró que se haya aumentado la presencia policial, algo que –señala– es «bueno y necesario» para que la gente «pueda venir con más tranquilidad a comprar». Sin embargo, consideró que el control de las licencias «tiene que hacerse de otra manera», porque ayer se armó «un jaleo tremendo».

Según comentaron los afectados, uno de los problemas fue que la Policía Local solo permitía el paso de los vehículos en los que el titular de la licencia estuviera presente. «Algunos no tienen la tarjeta por culpa del Ayuntamiento, porque han pedido poder contar con un colaborador que trabaje con ellos y todavía no han terminado el trámite», explicó la portavoz de los vendedores. «Hace falta un control y esta presencia policial, pero tiene que hacerse de otra manera», añadió. A su juicio, se debe «dejar entrar» a todo el mundo, y luego «controlar quién tiene la licencia y quién no la tiene».

Fuentes de la Policía Local apuntaron que, en número de agentes, el despliegue fue igual al que se empleó el domingo anterior, y que el número de infracciones –a la espera del recuento– no fue especialmente llamativo. La novedad, en esta ocasión, estuvo en el control de los accesos.

Las entradas al rastro se empiezan a vigilar desde mucho antes de las 7.00. En esta ocasión, no para asegurarse de que no entran vendedores del mercadillo, sino para impedir que se instale el conocido como ‘rastro de las tinieblas’. Desde hace varias semanas, los agentes se despliegan de madrugada en este espacio para desmantelar estos puestos ilegales, en los que a menudo se venden objetos de dudosa procedencia.

El anterior gobierno municipal, de Zaragoza en Común, impidió durante una buena temporada que los agentes de la UAPO patrullaran por el rastro los domingos, lo que afianzó este tipo de puestos, que se comenzaban a montar cuando empezaba a caer la noche del sábado. Tras las quejas, hubo varios fines de semana –aún con Santisteve de alcalde– en los que la Policía Local trató de desmontar esta práctica, con incautaciones de mercancías y denuncias para los vendedores. Había noches en las que se reunían decenas de ellos y centenares de compradores que, linterna en mano, hacían compraventas de productos usados.

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