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Barrios de zaragoza

Los recortes de autobús generan esperas de hasta 25 minutos en Miralbueno y Santa Isabel

La frecuencia del transporte ha empeorado especialmente en los barrios tras la implantación de los horarios de verano, lo que perjudica a los vecinos cuyo único medio para llegar al centro de la ciudad es el autobús.

Esperas de hasta 25 minutos en la línea 60, en Santa Isabel.
Heraldo.es

Ir desde los barrios de Miralbueno y Santa Isabel al centro de la capital aragonesa en autobús requiere, durante la época estival, grandes dosis de paciencia para hacer frente a los tiempos de espera, que en los últimos días han llegado a ser de hasta 25 minutos en algunas líneas como la 60 o la 52.

Pese a ser una estampa que se repite cada verano por la reestructuración de horarios, la medida sigue generando quejas entre los usuarios que dependen del transporte público para acudir a sus puestos de trabajo o llevar a cabo sus quehaceres diarios. “No hay forma humana de llegar a la hora a los sitios”, asegura una vecina de Santa Isabel que tiene que coger cada mañana el autobús para ir hasta la plaza del Pilar, un recorrido de apenas cinco kilómetros. “En estos días de verano, con estas frecuencias tan largas, o salgo de casa muy pronto, con lo cual tengo que esperar en la puerta de mi trabajo hasta que me abren, o llego muy tarde. Y eso que tengo la suerte de que me puedo apañar con cualquiera de las dos líneas del barrio”, señala.

Esta vecina ha llegado a ver esperas de hasta 25 minutos en la línea 60, que cubre la ruta Santa Isabel-Puente de Santiago y que, según los datos de Avanza, debería tener una frecuencia de 13 minutos entre las 7.15 de la mañana y las 21.30 de la noche.

El problema, además de la menor frecuencia de los autobuses, es que las salidas de la línea 60 y la 32, que une Santa Isabel con la Bombarda, coinciden en muchas ocasiones, dejando a los vecinos sin una alternativa que no les haga esperar demasiado. “El 60 y el 32 salen a la vez. Si pudiesen intercalar la salida de las dos líneas para que tuvieran una diferencia de siete minutos entre ellas sería más razonable y a la gente le solucionaría el ir al centro”, apunta la afectada.

Desde la Plataforma por la Segunda Línea de Autobús de Santa Isabel recuerdan que es algo que ocurre todos los veranos, pero aseguran no haber recibido ninguna queja al respecto, más allá de las que estos días han visto circular a través de las redes sociales. “Todos los años se recorta, aunque eso no quiere decir que estemos de acuerdo. Es un perjuicio para el barrio y para los vecinos, pero lo de tener que esperar más de 20 minutos no ocurre habitualmente”, explica Isaac Garza, coordinador de la plataforma.

Garza también asegura que tras el parón estival, el colectivo se reunirá con la nueva corporación para intentar rebajar la frecuencia del 32 a 6 o 7 minutos y dotar al 60 de un recorrido más amplio que llegue hasta el centro comercial Grancasa.

“Hay gente que se va de vacaciones, pero otros seguimos trabajando”

Una situación similar a la de Santa Isabel es la que también se vive en el barrio de Miralbueno. Los vecinos miran impacientes el reloj mientras esperan al 52, que conecta el vecindario con la Puerta del Carmen, y cuyo tiempo de paso ha superado los 20 minutos en algunos casos. “El problema es que tenemos unas frecuencias precarias durante todo el curso escolar. Si el resto del año estamos mal, ahora todavía peor”, lamenta Ricardo Berenguer, presidente de la Asociación de Vecinos San Lamberto de Miralbueno.

Si bien hace unos meses, el Ayuntamiento de Zaragoza añadió un vehículo más a la línea 52, por lo que la frecuencia pasó de ser de 16 minutos a 12, los recortes han vuelto a dejar a Miralbueno como antes de la mejora. “Es verdad que hay gente que se va de vacaciones, pero otros trabajan”, recuerda Berenguer, que reconoce que la introducción de un autobús más en el recorrido se ha notado. “Hemos mejorado, sí, pero no es lo que buscamos. Llega el verano y los fines de semana y se nos caen los números”, apunta.

La línea 52 constituye un servicio “básico” para los vecinos de Miralbueno, que cuentan también con la 53, una línea que nunca ha convencido al colectivo vecinal por su falta de utilidad. “No es una alternativa válida si lo que se quiere es ir al centro. Es un complemento que a pocas personas les sirve de solución”, consideran desde la asociación. Por este motivo insisten en poder utilizar la línea interurbana 604 de Garrapinillos, una medida a la que se dio luz verde en noviembre pero que todavía no se ha materializado.

Hasta que haya novedades al respecto, los vecinos de Miralbueno tendrán que seguir esperando al autobús algunos minutos más de los habituales “bajo un sol de justicia”, ya que la ausencia de marquesinas en muchos de los postes del barrio es otra de las cuestiones que la asociación lleva tiempo denunciando.