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El biberón vuelve a ponerse de moda en Sediles

El nacimiento de Neco Asín Díez supone el primero de una pareja residente en el pueblo desde hace más de nueve años.

Rubén Asín y Paula Díez con su hijo Neco, en las piscinas de Sediles.
Rubén Asín y Paula Díez con su hijo Neco, en las piscinas de Sediles.
Macipe

Los lloros de un recién nacido suelen ser, a partes iguales, un quebradero de cabeza y una alegría. Pero en el caso de un pueblo pequeño, la alegría es –si cabe medirla– doble. En Sediles desde hace pocos días vuelven a acoger a un bebé que vivirá de continuo en el pueblo: su nombre es Neco Asín Díez y nació el pasado 25 de junio en el Hospital Ernest Lluch de Calatayud. Es el primero desde marzo de 2010, cuando llegó al mundo Samuel, hijo de Pedro José y Sonia, también asentados en la localidad.

"Se porta muy bien", reconoce Paula Díez, de 32 años y natural de Cantabria, que trabaja en la planta de GSS en la capital bilbilitana y que vive con su marido, Rubén Asín, de 39, desde hace dos meses en esta pequeña localidad a los pies de la sierra Vicor. "Llevábamos dos años con planes de venir aquí y uno desde que compramos el terreno donde hemos hecho nuestra casa. Nos hemos trasladado hace dos meses", cuenta. "La gente aquí es encantadora, no he recibido muchas visitas porque he estado unos días floja, pero durante el embarazo todo el mundo me ha estado preguntando", reconoce con una sonrisa.

El pequeño Neco, nombre de origen cántabro y que viene a significar "el que es hijo único", fue inscrito en el padrón el pasado martes. "Cuando estaba embarazada la gente me decía que, en caso de que su padre estuviera trabajando (lo hace en Calatorao), que les avisase en cualquier momento para bajar al hospital. Son encantadores", agradece Díez. En este sentido, valora que una población de las características de Sediles es perfecto: "Lo que te da un pueblo, escuchar los pájaros desde por la mañana, no lo había vivido y eso vale mucho". Al mismo tiempo subraya que "en 10 minutos" puede estar en el trabajo y "eso en una ciudad grande es impensable". "En Zaragoza no viviría ni loca", dice.

Además del pequeño Neco, en la localidad hay otros siete chicos por debajo de los 18 años. Y es posible que lleguen más. "Hay más gente que está en edad de tenerlos. Ya les he animado, porque quiero que Neco tenga amigos con quien jugar", apunta.

"Últimamente estamos viendo mucho interés por comprar casa y vivir aquí", reconoce Juan Luis Condón, alcalde del municipio. "Hemos finalizado la delimitación del suelo urbano, lo que va a facilitar la disgregación de parcelas y que sea más fácil poder construir viviendas", indica.

En este sentido, explica que "lo poco que queda en el pueblo es muy caro", y desde el Ayuntamiento están preparando dos parcelas ante el incremento de solicitudes. Para Condón, las causas son varias: "Tenemos un pueblo bien cuidado, con gimnasio público, ludoteca, biblioteca, bares y ahora piscina". Asimismo, reconoce que otra ventaja es la cercanía de Calatayud. En su caso, su hija Marta, de 12 años, está entre las últimas que desde sus primeros pasos han estado en el pueblo. "La llegada de Neco ha sido una alegría inmensa, porque los demás ya se van haciendo mayores", apostilla Luisa Pablo, mujer de Condón.

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