Aragón registra más muertes que nacimientos desde hace más de tres décadas

La Comunidada baja de los 10.000 partos por primera vez en diez años. Los expertos confían en que la natalidad crezca "levemente" si mejora el empleo.

Aragón registra más muertes que nacimientos desde hace más de tres décadas
Aragón registra más muertes que nacimientos desde hace más de tres décadas
Laura Uranga

El continuo descenso de la natalidad y el consecuente envejecimiento poblacional han hecho mella en Aragón, que pierde habitantes desde 2013. Si en 2012 vivían en la Comunidad 1.349.467 personas, la cifra más alta de su historia, a partir del año siguiente la población comenzó a menguar progresivamente y ahora se sitúa en 1.308.728, tal y como recogen los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), relativos a 2018. Se trata del segundo dato más bajo de la última década, solo por detrás de 2016, pero por una diferencia mínima de 165 personas (1.308.563).

Este es el resultado de más de tres décadas de crecimiento vegetativo negativo, es decir, que en Aragón mueren al año más personas de las que nacen. Según el INE, la tendencia es negativa desde 1986. Desde entonces, tan solo ha habido un año con saldo vegetativo positivo, el 2008, con 277 nacimientos más que defunciones, o lo que es lo mismo, 13.675 alumbramientos frente a 13.398 muertes.

El resto de años han fallecido más personas de las que han nacido y esta brecha, lejos de reducirse, continúa aumentando año tras año. Tan solo se estrechó, aunque seguía en negativo (salvo la excepción de 2008), entre 2006 y 2011, pero desde entonces, se mantiene al alza de manera imparable. Si en 2012 murieron 1.744 personas más de las que nacieron, en 2017 lo hicieron 3.677, pues se produjeron 14.208 defunciones frente a 10.531 nacimientos, el peor saldo vegetativo desde 1999.

De 2018 solo se conocen, por el momento, los datos relativos al primer semestre del año, pero estos continúan siendo poco alentadores. En los primeros seis meses del año pasado se registraron 7.288 muertes, mientras que solo nacieron 4.843 bebés. El crecimiento vegetativo fue, por tanto, de -2.445 personas, muy similar al del primer semestre de 2017 (-2.455), por lo que es probable que el del año 2018 completo también se asemeje al total del anterior.

Cada vez nacen menos bebés

El número de bebés que nacieron en 2017 en Aragón (10.531) es el más bajo de los últimos 15 años y se sitúa en la tendencia de principios de siglo, ya que, en 2002 y 2001 hubo un total de 10.363 y 10.347 nacimientos, respectivamente. A partir de esos años, los alumbramientos aumentaron paulatinamente, pero en 2009 volvieron a caer hasta alcanzar las cifras actuales.

Ese repunte en la primera década del siglo XXI tiene relación con “los asentamientos de población extranjera, principalmente en Zaragoza y su área metropolitana, y en otros municipios con características urbanas”, dado que las mujeres inmigrantes que llegan a Aragón en esos años “suelen ser jóvenes, con pautas reproductoras superiores a las de la población autóctona”, apunta Carlos Gómez Bahillo, catedrático de Sociología de la Universidad de Zaragoza.

Sin embargo, debido a la crisis “los asentamientos de población procedentes de otros países se han reducido en Zaragoza y ya no alcanzan las proporciones de hace una década”, añade el catedrático. Pese a ello, las cifras de nacimientos de madres extranjeras se han mantenido relativamente estables e incluso han aumentado desde 2016. En el primer semestre de 2018, la cifra de madres procedentes de otros países que han dado a luz en Aragón fue de 1.168, un 24,1% del total, pese a que ellas solo representan el 9,8% del total de mujeres residentes en la Comunidad.

Otro aspecto a tener en cuenta en el descenso de la natalidad, según Gómez Bahillo, es “la proporción de jóvenes nacidos aragoneses que han tenido que abandonar la comunidad autónoma, para buscar trabajo en Europa”, con una edad comprendida entre los 25 y 35 años”, “en la que deberían haber tenido hijos”.

Dadas estas circunstancias, las cifras de partos han ido a la par de las de nacimientos, es decir, a la baja. Los 13.455 alumbramientos que se produjeron en los hospitales aragoneses (públicos y privados) en 2008 constituyeron la cifra más elevada de la década, que a partir de entonces se mantuvo en descenso, salvo por un pequeño repunte en 2014, hasta llegar a los 10.097 partos en 2017 y los 9.541 en 2018 (por primera vez en la última década, baja por debajo del umbral de los 10.000 el número de partos). Cabe destacar que la diferencia entre el número de nacimientos y de partos se debe a los alumbramientos múltiples, en los que nace más de un bebé en una misma intervención.

Gómez Bahillo señala que, “para el mantenimiento del reemplazo generacional, la tasa media de hijo por mujer debería ser de 2,1”, algo de lo que estamos lejos, ya que “en la actualidad, el número de hijos por mujer ronda 1,3”.

Envejecimiento de la población aragonesa

Esta tendencia decreciente en la cantidad de bebés que nacen cada año y el aumento de la esperanza de vida en Aragón son dos de las principales causas del envejecimiento poblacional. Según los datos más recientes del Instituto Aragonés de Estadística (IAEST), de 2018, la población de 0 a 19 años representa el 18,7% del total, mientras que la de 65 años o más, el 21,6%. No obstante, se trata de una tendencia que no ha variado en los últimos 15 años, pues ya en 2003 los aragoneses más jóvenes solo suponían el 17,5% del total, frente al 21,3% de los más mayores.

Por provincias, según datos de 2018, la más envejecida sería Teruel, con un 24,1% de ciudadanos con una edad de 65 o más y un 17,4% de 0 a 19 años, seguida de Huesca, con un 22,4% y un 18,1%, respectivamente, y Zaragoza, con un 21,1% y un 19%.

Al nacer menos niños, también hay menos jóvenes “en edad intermedia, que biológicamente tienen posibilidades de procrear”, destaca el catedrático de Sociología. Asimismo, al consolidarse una población cada vez más envejecida, “los índices de mortalidad están experimentando un crecimiento”, una tendencia que, según el experto, se mantendrá en los próximos años “dado el elevado porcentaje de población existente en la comunidad que está llegando a su final biológico por razón de edad”.

Gómez Bahillo se muestra algo más optimista respecto a los nacimientos: “Previsiblemente, en los próximos años, y una vez se genere una recuperación del empleo, podrá incrementarse muy levemente la natalidad”. Todo ello a condición de que “se produzcan nuevos asentamientos de población extranjera o puedan regresar los jóvenes que se fueron por motivos laborales, ya que los hábitos reproductores de la población autóctona no van a experimentar un cambio que suponga una modificación de la tendencia”.

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